San Jorge y el dragón, Paolo Uccello (1455) |
Siempre llamó mi atención Uccello, tan distinto a los demás renacentistas florentinos, en especial esta obra. Algo como Durero, cargado de simbolismo que se me escapaba, y con aspecto de estampa japonesa. Tuve que estudiar astrología, Tarot y numerología y unir todo eso al I Ching para "verla".
Les cuento lo que veo.
Las nubes en el Cielo forman el Taijitu, el círculo con yin-yang, la viga maestra del universo. Es decir, la simetría bilateral en evolución, en cambio continuo impulsada por el qi; y el juego de los opuestos que se generan el uno al otro.
El motivo se repite en la Tierra, muestra cuadros negros sin desmontar y blancos con parcelas en producción.
Entre el Cielo y la Tierra están los Hombres, y su oposición central, femenino-masculino, yin-yang. El dragón es la energía Qi que sale de la caverna movilizada por el Tao.
La actitud de la mujer, de lo femenino, de yin, es domesticar al dragón. Y ya lo ha hecho, lo tiene enlazado por una cinta al cuello, el dragón le obedece, ella obedece al dragón. Hace un gesto mostrando al caballero que el dragón es inofensivo.
El simbolismo es el mismo que el del Arcano Mayor nº 11 del Tarot, La Fuerza que como se puede confirmar al mirar la lámina, es un personaje femenino.
El caballero no la mira, es un niño, un adolescente de once años, está encerrado en su armadura y por la visera del casco sólo mira al dragón, quiere eliminar su olfato, el sentido más primitivo para la supervivencia, el que reconoce de lejos y en la oscuridad, el que nos permitió llegar a ser hombres.
En el caballero se muestra la cultura paternalista de la tradición judeo cristiana, potenciada en Europa por la visión germana del Crepúsculo de los Dioses.
Esa tradición lleva un mandato: a los instintos y a los sentidos hay que matarlos, nos recuerdan que somos animales inmundos, carne del demonio. Opuestos irreconciliables, guerra ineludible, matar o morir. Al enemigo se lo aniquila por completo, incluso a su descendencia.
O se lo reduce a la esclavitud, se le borra el nombre, y se lo usa encadenado como a un animal salvaje. Claro que tan salvaje que cuando se suelta todos mueren. Una cultura que estalla en violencia irreprimible.
La actitud del Caballero hacia el dragón, tan descolocada frente a la de la Dama, se puede interpretar de dos maneras. O es la crítica del renacer del pensamiento griego en la Academia de Lorenzo el Magnífico, o una comprensión de las dificultades de lo creativo en la tercera y sexta línea del hexagrama nº 1 del I Ching.
¿Cómo explicar el simbolismo taoísta? ¿Cuándo y cómo Uccello pudo conocerlo?
Ahora acabo de leer la biografía de Uccello en wikipedia, y he levantado su carta natal, y pienso que todo empieza a cerrar.
Esta es su carta natal:
Como no hay información sobre la hora de su nacimiento, trabajaré sólo con los planetas en los signos y la Figura de Aspectos.
Él fue un pintor completamente original, que se inició como un pintor renancentista florentino más, en Cáncer donde está su Luna conjunta al nodo sur. Hizo un vuelco hacia un estilo simbólico- hierático -capricorniano durante su estadía en Venecia. En Capricornio está su nodo norte, su camino de vida.
Acá en Venecia encontré una clave, en su carta natal hay otras, ya lo verán.
Nació en 1396, según sus dichos; en Florencia o muy cerca, un 15 de junio con el Sol en 25º de Géminis. Fue un hombre paciente, modesto, trabajador, soñador y profundo que se recicló haciendo Géminis; es decir, viajando y pintando por la Lombardia y el Véneto.
Marte conjunto a Neptuno en Tauro y a Plutón en Géminis.
Tuvo una vida larga para los parámetros de la época, vivió 78 años, siempre pintó, su última obra conocida la hizo a los 70 años, La Cacería en el Bosque.
La pongo más abajo para que aprecien cómo fue destilando la esencia del mundo con los años, es su nodo norte en Capricornio. Y por otro motivo que verán a su tiempo.
El Sol está conjunto a Júpiter y Mercurio en Géminis, otro gran artista geminiano, como Durero, gentes del camino, que nunca paran.
Venus en Cáncer hace un lindo sextil a Marte en Tauro y hay dos semisextiles (verdes) formando una pequeña cabeza de barrilete con el Sol. A Venus le gusta ese Marte neptuniano, y entre los dos apoyan el aprendizaje del Sol. Mercurio está soldado en un sólo cuerpo con Júpiter, son los regentes de Géminis y Sagitario.
Esas son las herramientas de Uccello, le llamaron así porque le gustaba pintar pájaros y animales, igual que a Durero. Otro interés que compartieron, la matemática, la geometría tridimensional, la perspectiva, la estructura del mundo. Su andamiaje, su esqueleto.
Allá, en el otro extremo de la carta, están Saturno en Escorpio y Urano en Sagitario.
Urano en Sagitario habla de un viajero de tierras lejanas, un extranjero. O alguien que ha viajado muy lejos y trae algo que conmociona y cambia la vida. Algo nuevo, nunca visto ni oído.
Saturno en Escorpio habla de la ley de Escorpio, dejar lo que no usas atrás, no apropiarte de las cosas del mundo, usarlas. Ser-tener es el dilema Escorpio-Tauro. La ley del desapego, tener sin poseer, tan difícil para la cultura posesiva de Tauro. Usar el mundo sin poseerlo es contentarse fácil, para que los demás también se contenten con lo que uno no necesita.
Entre Tauro-Géminis y Escorpio-Sagitario hay un corredor, un pasillo, un túnel, un canal en la Estructura de Aspectos.
Entre la oposición roja y el quincuncio verde. ¿Lo ven? Por ese canal circula energía. Están los cuatro elementos involucrados, agua y tierra fijas, Escorpio y Tauro. Aire y fuego mutables, Géminis y Sagitario. Siempre profundizó en los temas que pintó, buscó la esencia subyacente, para enseñar a los hombres el camino.
Entre 1425 y 1430 Paolo Uccello pintó en Venecia, vivió 5 años allí. Es el momento en que su obra se transforma. Entre sus 29 y 34 años, correspondiendo con la primer vuelta de Saturno, cuando Saturno retorna al lugar donde estaba cuando él nació, a 16º de Escorpio.
Acá veo el rastro, en Venecia, porque cambió su mirada sobre el mundo, se corrió de la de sus contemporáneos.
Lo atribuyo a que de alguna manera entró en contacto con el I Ching o tal vez otros clásicos chinos, el Gran Tratado por ejemplo, en Venecia. Lo más probable por intermedio del hijo o nieto de Marco Polo o de alguno de sus sirvientes que lo acompañaron en el viaje hasta Catay, es decir, el territorio que se extiende entre el Río Amarillo y el Azul, el corazón de China. Marco Polo trajo la pólvora, la brújula, los spaguettis y la imprenta, ¿Porqué no el I Ching y el Gran Tratado u otros textos?
Es el Urano en Sagitario al que me referí antes.
De qué otra manera explicarlo, la simbología es demasiado explícita para cualquier conocedor del I Ching. De no ser así tendría que conformarme con pensar que Uccello penetró por sí mismo y creó por sí mismo el Taijitu del San Jorge y el dragón. Una intuición genial tambien es posible.
Miren este otro, les subo La Cacería en el Bosque, su última gran obra conocida:
Es la imagen del hexagrama 8, La Solidaridad.
El actor de la solidaridad no obliga a nadie. La solidaridad es algo voluntario, que no se puede obligar porque se desnaturaliza y deviene en tiranía. Se hace real por haber comprendido que el bien común es también el de cada uno, en el sentido en que la propiedad de cada uno es parte de lo que todos poseen en común. Algo muy escorpiano, es la ley de Saturno en Escorpio.
Los que no lo comprenden no participan de la solidaridad.
Para que puedan mensurar cuánto esta obra remite al hexagrama 8 les copio el texto que acompaña a la línea 9 en el 5º puesto, el puesto del príncipe, que es el gobernante del hexagrama 8:
Manifestación de la solidaridad.
El rey, durante la cacería, sólo permite la batida
desde tres lados, y renuncia a los venados
que se desvían hacia adelante.
Los ciudadanos no requieren advertencia. ¡Ventura!
(versión de Wilhelm)
¡Por cierto que es venturoso que los ciudadanos sean solidarios sin necesidad de que se les advierta!
Estudien el cuadro y verán a los batidores desde tres lados, y al príncipe deteniéndose bruscamente sin perseguir la caza que se dispara por el cuarto lado, es decir, hacia adelante, al fondo del cuadro.
Acá les muestro el fragmento del príncipe en su detención, manifestando su manifiesto: ¡Solidaridad! Eso es suficiente, no es una matanza, es una cacería civilizada. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, tomamos la vida para hacer más vida. No se acapara la vida, la energía acaparada en todas sus formas envenena el mundo. Tomamos todo aquello que se brinda voluntariamente, sin forzar, y solo lo que usaremos. La caza será para el banquete de la noche, matar por matar atenta contra el bien común.
Esa es la ley de Saturno en Escorpio, repite de otra manera el mensaje de su cuadro San Jorge y el dragón. En el I Ching el dragón es la energía Yang, la del 5º trazo del hexagrama 8.
El príncipe manifestando la solidaridad |
Algo más aún, en éste cuadro la escena está iluminada y rodeada de oscuridad. Subo el hexagrama 8, La Solidaridad, recuerden que las líneas partidas son lo oscuro, lo yin; y las líneas enteras lo luminoso, lo yang.
Hexagrama 8, La Solidaridad |
¿Indicaría que Paolo Uccello es el primer introductor del I Ching en Occidente, sólo para unos pocos, y a la vista de todos?. Algo que siempre está presente en los renacentistas, claves y más claves. Semillas de futuro; jugaban con eso, con dejar mensajes en clave. ¡Qué momento tan extraordinario!
Porque, ¿acaso no es posible que Marco Polo haya traído de Catay algo como ésto?
Yo seguiré buscando claves taoístas en la obra madura de Uccello, falta una tercera para que sea la vencida. Aunque parezca extraño, los archivos de obras de arte en Internet se limitan a lo más conocido de los artistas. Todavía no he encontrado ninguno que muestre la obra completa. Le llamaban Uccello porque pintaba pájaros, pero no he visto ni uno sólo. Es posible que la única obra que haya sobrevivido sea la que pintó para la iglesia o los poderosos. En realidad sabemos muy poco de los renacentistas, sólo lo público y notorio. Hay que trabajar con lo que hay, sus obras.
Han sobrevivido tres versiones distintas de San Jorge y el dragon de Paolo Uccello, es evidente que la cuestión de los opuestos yin-yang ocupó su mente mucho tiempo.
Será que no es simple encontrar el libre albedrío cuando la cosa en tu cultura es blanco o negro, no se aceptan los grises, y nuestra vida sólo nos muestra los grises. Una contradicción tan grande que te puede llevar a la locura de un Savonarola si la tomas muy en serio, o a la indiferencia total si sos un Maquiavelo y decidiste que todo te importa nada porque no hay un Dios en el Cielo y sí una sola vida en la Tierra. Uccello se emperró en resolverla, y no fue el único renacentista florentino que lo intentó, están los escritos de Giovanni Pico della Mirandola que son muy explícitos al respecto.
La primer versión pintada en 1430, con 33 años de edad, durante su estadía en Venecia. Está en el museo Victoria de Melbourne
La siguiente la pintó en 1455, luego de casarse y tener su primer hijo, a los 58 años. Está en la National Gallery de Londres y es la que muestro al comienzo de la entrada.
La última la realizó entre 1456-60, la terminó a los 67 años. Está en el museo Jacquemart en París
Las subo en el orden en que las pintó para que se puedan comparar las tres.
Los cambios que yo registro: la elección de los colores para las vestimentas interior y exterior de la dama y de la montura del caballo; el tamaño, la edad, las posturas y la posición relativa de los personajes; la Ciudad de Dios que desaparece del cielo y aparece en la tierra con sus campos cultivados alrededor en lugar del foso de sangre; la sangre abundante en el primero, cayendo del dragón y de la dama en el segundo y ausente en el tercero; los atributos que porta el caballero.
En la última se agregan tres personajes, están parados a las puertas de la ciudad terrenal y miran hacia nosotros. Yo digo que son ellos tres, Uccello su mujer y su hijo.
El simbolismo de los colores: blanco es pureza, celeste y azul hasta índigo espiritualidad, rojo pasión, verde es vida, expansión y naturaleza, negro mal y demonio.
Pongo los enlaces para que puedan ver los fragmentos de las obras que están en Wikipedia Commons y así apreciar mejor los detalles.
Los dejo con las imágenes.
Comentarios
¿has visto? Es extraordinario.
En el último hay 8 ocelos en cada ala, ese Dragón ha crecido y el niño del 2º cuadro también.
En el I ching el dragón está en el hexagrama 1, lo Creativo. Ese hexagrama es la saga del dragón. Cuando el dragón descansa lo hace en el fondo de un lago o de las aguas primordiales. Está tapado, parece que no está. Pero sí está.
Lo Creativo, fuerza, voluntad dirigida a un fin, deseo y fertilidad, luz y calor como el de un relámpago, fulminante. Identificarte con él por completo te consume la vida, te seca, te calcina. Espíritu de la vida que produce vida, el motor del cambio permanente. Es la esencia de la energía yang.
Parece que el caballero debe herir al dragón, debilitarlo, sacarle sangre, para unirse con la dama. En realidad parece que el Dragón es más un problema para el Caballero que crece con el dragón que para la Dama. Ella está muy compuesta, ella domina al Dragón.
De tanto en tanto vuelvo a mirar esta obra de Uccello, por eso advertí el taijitu en las nubes y la 5ª línea del hexagrama 8 en La Cacería en el Bosque. Es demasiado para ser casualidad. ¿Cuánto ha de haber pintado un hombre que pintó toda su vida! Nos falta tanto que nunca podremos conocer, que se ha perdido.
Me siento unida a este hombre en su búsqueda, es como un amigo, jejejej!
Un abrazo Galefod, es un gusto encontrar compañía para mirar y pensar. Gracias.
Saludos Pa.