Existe una discusión abierta al respecto de la secuencia u ordenamiento de los hexagramas del I Ching.
Voy a reflexionar un poco al respecto, una reflexión a vuelo de pájaro.
Esto que voy pensando me surge de una lectura. Es un diálogo entre Octavio Paz y Joung Kuon Tae, alguien lo tituló I Ching y la creación poética.
El ordenamiento actual de los hexagramas es una recreación, hay varios ordenamientos. Algunos son matemáticos, por la secuencia de aparición de las líneas yin y yang. Se ordenan en bloque o en círculo, he visto un ordenamiento tridimensional en el Yi Globe, y seguro hay más que no conozco.
El ordenamiento de la Edición de Palacio sigue una secuencia que no es fácil de entender para una mente matemática, racional. Esa que busca un orden lógico explícito. Y sin embargo guarda una lógica que no es una lógica formal, sino una lógica ontológica, una lógica del ser, una hermenéutica del ser.
Se adapta a cada condición, a cada individualidad, a cada lógica de cada hombre que lo usa.
Si pensamos que la vida es lógica, que el mundo es aprensible por la razón, el I Ching no nos sirve.
Parece que fuese cíclico, pero el I Ching no es cíclico en su aplicación, es laberíntico.
El laberinto es personal, hay un laberinto para cada hombre. Cada uno con su propio laberinto, y el I Ching como hilo de Ariadna nos guía en él. Entramos y salimos de nuestro laberinto con su ayuda.
¿Imaginan acaso que el I Ching es algo que aplicamos en forma mecánica pasando de un hexagrama al siguiente y que después del 64 volvemos al 1? ¡Eso no existe!
Si fuese posible reproducir por medio de los hexagramas el camino que cada uno de nosotros realiza en su vida, el dibujo sería algo peculiar para cada uno. Algo único. Algo como el dibujo de la estructura de aspectos de una carta natal.
No solo hay que calcular la cantidad de combinaciones posibles al saltar de un hexagrama al otro, también la cantidad que son posibles al saltar de una dimensión del ser a otra u otras. Hay múltiples dimensiones del ser, y el I Ching se puede leer en todas ellas.
Me ha sucedido que al hacer una consulta y meditar sobre la respuesta he encontrado la clave en otra dimensión que no era la que tenía en mente al hacerla. Al menos no la tenía conscientemente en mente, seguro que más profundo o más alto o hacia la derecha o la izquierda o en algún ángulo inverosímil había algo que hacía contacto y yo no advertía..
Hay profundidades, hay alturas en el I Ching. El I Ching no es plano, es una malla tridimensional que se curva sobre sí misma, tiene infinitos recorridos. Uno para cada uno de los seres.
El ordenamiento que usamos es intuitivo, producto de una intuición genial, de alguien que en la oscuridad encontró luz.
Yo lo veo en su celda, que no imagino incómoda y pobre, sino una celda acorde a su dignidad y a la dignidad del tirano que lo tenía encerrado. Porque la dignidad era importante en esas épocas, se sabía que todo vuelve, y que el trato que doy a mis enemigos será el que me darán a mí.
Entonces se cuidaba de no cometer abusos desmesurados con un igual, no como ahora que los hombres lo han olvidado.
Entonces ahí está el rey Wen, rodeado de sus libros, sus pinceles y sus tintas, no tiene con quién compartir sus comprensiones, sueña y se desvela y está solo. Todo eso crece en él hasta que se desborda y en una gran síntesis de comprensión brota el ordenamiento del Rey Wen.
Es el que usamos para entrar y salir del laberinto. Es un ordenamiento que sigue el camino que todos debemos recorrer, cada hexagrama es un hito, pero llegar a cada hito y dejarlo atrás es un recorrido personal y laberíntico.
No sé ustedes, pero para mí la cuestión de la posibilidad de vivir muchas vidas para recorrer el camino es algo que sin entender bien cómo, ni porqué ni para qué, me suena verdadero. Me suena como suena una música bien ejecutada.
Entonces el tiempo no es un estorbo, algo que hay que usar bien porque se pierde. El tiempo es abundante, es creativo, nos recrea una y otra vez en la materia.
Tanto que sea una vida y múltiples dimensiones como una dimensión y múltiples vidas. Lo podemos pensar de ambas maneras y no importa mucho.
En realidad, no importa. Es impenetrable, es misterioso.
Voy a reflexionar un poco al respecto, una reflexión a vuelo de pájaro.
Esto que voy pensando me surge de una lectura. Es un diálogo entre Octavio Paz y Joung Kuon Tae, alguien lo tituló I Ching y la creación poética.
Octavio Paz |
El ordenamiento actual de los hexagramas es una recreación, hay varios ordenamientos. Algunos son matemáticos, por la secuencia de aparición de las líneas yin y yang. Se ordenan en bloque o en círculo, he visto un ordenamiento tridimensional en el Yi Globe, y seguro hay más que no conozco.
El ordenamiento de la Edición de Palacio sigue una secuencia que no es fácil de entender para una mente matemática, racional. Esa que busca un orden lógico explícito. Y sin embargo guarda una lógica que no es una lógica formal, sino una lógica ontológica, una lógica del ser, una hermenéutica del ser.
Se adapta a cada condición, a cada individualidad, a cada lógica de cada hombre que lo usa.
Si pensamos que la vida es lógica, que el mundo es aprensible por la razón, el I Ching no nos sirve.
Parece que fuese cíclico, pero el I Ching no es cíclico en su aplicación, es laberíntico.
El laberinto es personal, hay un laberinto para cada hombre. Cada uno con su propio laberinto, y el I Ching como hilo de Ariadna nos guía en él. Entramos y salimos de nuestro laberinto con su ayuda.
¿Imaginan acaso que el I Ching es algo que aplicamos en forma mecánica pasando de un hexagrama al siguiente y que después del 64 volvemos al 1? ¡Eso no existe!
Si fuese posible reproducir por medio de los hexagramas el camino que cada uno de nosotros realiza en su vida, el dibujo sería algo peculiar para cada uno. Algo único. Algo como el dibujo de la estructura de aspectos de una carta natal.
No solo hay que calcular la cantidad de combinaciones posibles al saltar de un hexagrama al otro, también la cantidad que son posibles al saltar de una dimensión del ser a otra u otras. Hay múltiples dimensiones del ser, y el I Ching se puede leer en todas ellas.
Me ha sucedido que al hacer una consulta y meditar sobre la respuesta he encontrado la clave en otra dimensión que no era la que tenía en mente al hacerla. Al menos no la tenía conscientemente en mente, seguro que más profundo o más alto o hacia la derecha o la izquierda o en algún ángulo inverosímil había algo que hacía contacto y yo no advertía..
Hay profundidades, hay alturas en el I Ching. El I Ching no es plano, es una malla tridimensional que se curva sobre sí misma, tiene infinitos recorridos. Uno para cada uno de los seres.
Tiempo laberíntico |
El ordenamiento que usamos es intuitivo, producto de una intuición genial, de alguien que en la oscuridad encontró luz.
Yo lo veo en su celda, que no imagino incómoda y pobre, sino una celda acorde a su dignidad y a la dignidad del tirano que lo tenía encerrado. Porque la dignidad era importante en esas épocas, se sabía que todo vuelve, y que el trato que doy a mis enemigos será el que me darán a mí.
Entonces se cuidaba de no cometer abusos desmesurados con un igual, no como ahora que los hombres lo han olvidado.
Entonces ahí está el rey Wen, rodeado de sus libros, sus pinceles y sus tintas, no tiene con quién compartir sus comprensiones, sueña y se desvela y está solo. Todo eso crece en él hasta que se desborda y en una gran síntesis de comprensión brota el ordenamiento del Rey Wen.
Pájaro de fuego de ardiente plumaje |
Es el que usamos para entrar y salir del laberinto. Es un ordenamiento que sigue el camino que todos debemos recorrer, cada hexagrama es un hito, pero llegar a cada hito y dejarlo atrás es un recorrido personal y laberíntico.
No sé ustedes, pero para mí la cuestión de la posibilidad de vivir muchas vidas para recorrer el camino es algo que sin entender bien cómo, ni porqué ni para qué, me suena verdadero. Me suena como suena una música bien ejecutada.
Entonces el tiempo no es un estorbo, algo que hay que usar bien porque se pierde. El tiempo es abundante, es creativo, nos recrea una y otra vez en la materia.
Tanto que sea una vida y múltiples dimensiones como una dimensión y múltiples vidas. Lo podemos pensar de ambas maneras y no importa mucho.
En realidad, no importa. Es impenetrable, es misterioso.
Comentarios
Totalmente de acuerdo con la visión de la secuencia del Rey Wen como un laberinto que es tan personal como cada individuo. Tengo un amigo, Scott Davis, profesor y antropólogo, que tiene una teoría de que el ordenamiento puede haber sido ideado, y también puede ser interpretado, en décadas de la vida. Pronto va a publicar su libro en Alemania pero en inglés.
Sabías que el ordenamiento recibido no tiene una antigüedad confirmada anterior al año 25A.C.? El único antecedente real que tiene esta secuencia está en otro trabajo inspirado en el Yijing, el Yilin (易林), atribuido al Jiao Yangshou. Es el trabajo que desglosa todos los cambios posibles dentro del Yijing, 64x64, 4096 entradas con texto oracular. Por lo que sabemos, es allí que se documenta por primera vez la secuencia. Todas las versiones más antiguas encontradas hasta ahora, con la secuencia del Rey Wen, son mucho más recientes, por un par de siglos. Hasta que no se descubra algo anterior al 25A.C. con la secuencia, no se vá a saber si ella es la inspiracion de la secuencia del Yilin o viceversa.
Es muy tradicional en China, especialmente en la antigüedad pre-cristiana, el atribuir hechos y trabajos importantes a heroes legendarios.
Saludos.
Lo que me interesa acá es justamente que se haya atribuido al hexagrama 36 la ideación de la secuencia.
Porque nos dice que este tipo de conocimiento se presenta como un sueño, o en una condición de semivigilia y en soledad. También se corresponde con la idea de que el conocimiento de la verdad está en el interior de la materia, y como la materia pensante es el hombre, el conocimiento está prefigurado en la psiquis del hombre. De ahí la aparición del pájaro de fuego de ardiente plumaje al momento de la intuición. Como tantos descubrimientos han sido. Des-cubrimientos. Ya haré una entrada del hexagrama 36 al respecto. Para mí el I Ching es un texto filosófico, desde ahí lo miro. Como texto filosófico integral y sintético que es, como el Tao Te King, hace referencia a una ética, una estética, una física, una metafísica, etc. El 36 sería todo esto, y cada uno de los hexagramas también. Esas son las múltiples dimensiones a las que me refiero. La poiética, la poesía, el arte, es la aproximación más integral al I Ching a mi parecer. Las investigaciones matemáticas, arquológicas, etc agregan información. Pero todo está dicho en el mismo texto. Ya está dicho ahí. Es una cuestión hermenéutica más que arqueológica.
Sé que mi postura no es la postura tradicional de los investigadores; el acceso que uso, el método digamos, es distinto.
La cosa es si te suena bien o mal, es una cuestión de estética, de armonía, de composición.
En fin, que veo tu punto, pero ese no es el camino que yo hago.
Pero todos agregan, todos buscan lo mismo.
Un poco confundido con la respuesta. ¿Cuál es mi punto de vista? No estaba cuestionando el tuyo sino que estaba añadiendo algo de información que podría ser útil en algún momento. Claro, desconociendo si era algo que ya sabías, en cuyo caso, valga la redundancia. No expresé que me caía mal sino que concordaba en lo de la visión laberíntica... Por eso que no entiendo lo que percibo como molestia por mi comentario.
Pero hablando de puntos de vista, voy a exponer uno, algo que no creo haber hecho en el otro comentario. Ya que mencionaste hermenéutica, hay que hacer la salvedad que puede ser tan individual como holística; que se pueden utilizar tan pocas o tantas herramientas como se desee para llegar a una interpretación que nos satisfaga. Hasta ahí, todo bien y cada cual con su Dao. En mi caso particular, uso cuanta información pueda encontrar para ayudarme a llegar a mis metas. Digamos que si estuviera estudiando la Biblia, estudiaría todo lo relacionado a ella, desde los textos y traducciones más antiguas hasta los rollos del Mar Muerto. Estudiaría hebreo, griego y latín. No me sirve tomar la Biblia únicamente como texto religioso y filosófico, por más fe que tenga, y dejar muchos 'porque' en la ignorancia. Para eso está la misa de los domingos. Por el mismo motivo, no me permito tomar al Yijing como un libro estático y propenso al dogmatismo y a interpretaciones fijas. Mi pecado, como dijiste, es agregar aún más información cuando se cree que tenemos toda la información disponible para formar una interpretación que se pueda esculpir en piedra. Pero, eso si, aparte de ser generoso con lo que encuentro y aprendo, y embromar a más de uno en el proceso, soy mi primera víctima.
Te seguiré leyendo.
Y es que no es mi modo, que yo trabajo sobre los textos buscando e intuyendo interpretaciones. Eso es lo que hago. Nunca un texto es el mismo, aunque lo leas mil veces. No es que el texto cambie, es que vos cambias, cambias por tus vivencias. Ese el el significado de decir que un libro está vivo.
Cada traducción, cada versión,cada idea, cada información, cada consulta, cada experiencia,cada dato. Todo se va acumulando, sedimentando, uniendo, combinando, transformando. Yo no desecho nada Luis, hago igual que vos. No me privo de nada, no excluyo nada, no tengo una sola línea cerrada, todas las puntas permanecen abiertas hasta que puedo atar algunos hilos y se va formando el tejido. Puede ser que algunas puntas me sean más afines, más afines a la constitución de mi ser completo. De todo lo que soy y que no conozco. No sé porque algunas cosas me hacen clic, pero es así. Mi método de estudio es no tener método. Me dejo llevar por los encuentros con personas, con textos, con consultas. Las entradas del 54 han sido provocadas por una consulta de una amiga. Y sí que he pensado en el 54 durante mi vida, pero ha sido ahora cuando ella me consulto, me pidió ayuda, que terminé por atar algunas puntas. Cuando no están involucradas las propias emociones todo es más fácil.
Nuestro abordaje es distinto. Vos has investigado por tantos años como yo he usado el I Ching para entender mi vida y el mundo. Soy una discípula tanto como una estudiosa. Me aferré al libro con confianza, me inspiró inmediata confianza. Y necesitaba confiar, estaba sola. Y no confiaba en nadie y apareció el libro, fue como un pacto. Entiendes, no lo usé para tener éxito, sino para tener padre y madre. Mi vínculo es amoroso, es algo extraño porque es un libro y yo soy su hija. Jajajajajaj!
Soy mujer Luis!, y te entiendo, entiendo esa visión tan masculina del libro, y uso lo que esa visión genera. Y estoy agradecida, ya te lo he dicho. Y ves que no me guardo nada, que también soy generosa con mis comprensiones. Las he soltado al mundo porque no tiene sentido guardarlas para mí, yo ya he donado todo lo que construí, sólo me queda donar lo que sé. Quiero ser más liviana, me pesa el mundo. Cada entrada que escribo es un alivio del peso. Yo ya estoy en otra Luis. Soy torpe, me expreso en forma muy directa, no guardo las formas de cortesía, me cuesta eso. Eso ya lo sé. Es algo a tener en cuenta conmigo, porque nada de todas esas formas torpes esconden mala intensión. Si así fuera sería muy suave y considerada y politicamente correcta, algo como Sun. Y yo soy más como Li. Si Li se descuida quema, y me cuesta ser cuidadosa porque me entusiasmo. ¿Entiendes? Me entusiasmo con la argumentación y me olvido de los sentimientos. Sobre todo al escribir, porque no puedo sentir tus reacciones porque no estás frente a mí. Entonces es puro mente, es Li .
Que quieres que te diga, yo te estoy muy agradecida, ya lo sabes. Yo también te seguiré leyendo. Nos leeremos mutuamente, no recuerdo si fue Gadamer o Derrida, uno de ellos dice "los hombres somos caníbales" y se refería a que construimos los significados comiéndonos unos a otros. Eso me gustó, me parece cierto.
Un saludo Luis.
comentarte que en el uso del I ching, hay dos entradas que están repetidas, ésta desde la que te escribo y la siguiente que sería algo así como: más sobre las secuencias. Creo que me estoy perdiendo algo. muchas gracias. bo camiño. Martes7
Veré eso.
Un saludo
la orientación del curso es tener una relación armónica con el ambiente, y hacer un servicio a la comunidad y a la naturaleza (maat), no está orientado para lo personal
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