Para comprender este hexagrama hay que tener en claro que su nombre no es "la verdad exterior", que su nombre es La Verdad Interior.
Entonces, si ese es su nombre, vayamos a mirar lo que hay en su interior.
Vemos que en su interior hay dos líneas centrales yin, el binario del Hombre entre el binario de Cielo -las dos superiores yang- y el binario de Tierra, las dos inferiores yang.
Miremos el binario del Hombre, las líneas 3 y 4 de este hexagrama.
Miremos los dictámenes de esas dos líneas para poder comprender el dilema en que vivimos, un dilema irresoluble que este libro dice que se resuelve aceptando ambos términos a la vez. Que se resuelve si aceptamos que tanto la línea tres como la cuatro son verdad y vivimos de acuerdo con esa verdad. Sin renegar de ella.
Lo dice en LA IMAGEN, uno de sus textos oraculares, que en traducción de Wilhelm dice así:
Por sobre el lago está el viento: la imagen de la verdad interior.
Así el noble discute los asuntos penales, con el fin de detener las ejecuciones.
La finalidad del juicio es detener las ejecuciones y acá es donde llega la cuestión en la que necesitamos reflexionar. ¡Que la finalidad del juicio es detener las ejecuciones no es algo que hagamos!
Nosotros, si enjuiciamos, es para llegar a un veredicto y ejecutar una sentencia!, ¿cómo es esto, de que la finalidad del juicio es detener la ejecución?
Pueden acordar conmigo -o no- que esto significa postergar indefinidamente la sentencia.
No cerrar el caso, dejarlo abierto, no tomar partido, aceptar ambos términos, sostener el no saber, aceptar la dualidad.
Porque, ¡ambos son verdad y son opuestos! ¿Cómo es esto de que ambos son verdad si uno está negando al otro?¿Me he perdido de algo que no estoy viendo en este hexagrama?
Porque la línea tres dice:
Él se encuentra con un compañero, ya toca el tambor, ya cesa de hacerlo, ya solloza, ya canta.
Y este hexagrama dice que ambos son verdad y que esa es nuestra verdad interior.
Estamos en un dilema, esto es un dilema.
Los motivos están en el núcleo de la cuestión, pero el núcleo es oscuro, desconocido, misterioso, el misterio de nuestro cuerpo, un cuerpo desconocido.
Los hombres vivimos un cuerpo y tenemos consciencia, el cuerpo es yin, la conciencia es yang. Ambos están juntos, ambos son verdad. Pero, por más que la ciencia haya indagado en nuestro cuerpo para saber cómo funciona, una cosa es la ciencia y otra cosa es vivir en un cuerpo.
En este hexagrama el cuerpo es ese centro oscuro, yin, de donde irradia la luz de la consciencia yang hacia arriba y abajo, hacia el cielo y la tierra.
Un hexagrama que es como el trigrama Li, Fuego, pero con cada una de sus líneas duplicada.
Vemos que en su interior hay dos líneas centrales yin, el binario del Hombre entre el binario de Cielo -las dos superiores yang- y el binario de Tierra, las dos inferiores yang.
Miremos el binario del Hombre, las líneas 3 y 4 de este hexagrama.
Miremos los dictámenes de esas dos líneas para poder comprender el dilema en que vivimos, un dilema irresoluble que este libro dice que se resuelve aceptando ambos términos a la vez. Que se resuelve si aceptamos que tanto la línea tres como la cuatro son verdad y vivimos de acuerdo con esa verdad. Sin renegar de ella.
Lo dice en LA IMAGEN, uno de sus textos oraculares, que en traducción de Wilhelm dice así:
Por sobre el lago está el viento: la imagen de la verdad interior.
Así el noble discute los asuntos penales, con el fin de detener las ejecuciones.
La finalidad del juicio es detener las ejecuciones y acá es donde llega la cuestión en la que necesitamos reflexionar. ¡Que la finalidad del juicio es detener las ejecuciones no es algo que hagamos!
Nosotros, si enjuiciamos, es para llegar a un veredicto y ejecutar una sentencia!, ¿cómo es esto, de que la finalidad del juicio es detener la ejecución?
Pueden acordar conmigo -o no- que esto significa postergar indefinidamente la sentencia.
No cerrar el caso, dejarlo abierto, no tomar partido, aceptar ambos términos, sostener el no saber, aceptar la dualidad.
Porque, ¡ambos son verdad y son opuestos! ¿Cómo es esto de que ambos son verdad si uno está negando al otro?¿Me he perdido de algo que no estoy viendo en este hexagrama?
Porque la línea tres dice:
Él se encuentra con un compañero, ya toca el tambor, ya cesa de hacerlo, ya solloza, ya canta.
En cambio la cuatro dice:
La luna que está casi llena. Se pierde el caballo de yunta. No hay falla.
La luna que está casi llena. Se pierde el caballo de yunta. No hay falla.
Y este hexagrama dice que ambos son verdad y que esa es nuestra verdad interior.
Estamos en un dilema, esto es un dilema.
Los motivos están en el núcleo de la cuestión, pero el núcleo es oscuro, desconocido, misterioso, el misterio de nuestro cuerpo, un cuerpo desconocido.
Los hombres vivimos un cuerpo y tenemos consciencia, el cuerpo es yin, la conciencia es yang. Ambos están juntos, ambos son verdad. Pero, por más que la ciencia haya indagado en nuestro cuerpo para saber cómo funciona, una cosa es la ciencia y otra cosa es vivir en un cuerpo.
Un hexagrama que es como el trigrama Li, Fuego, pero con cada una de sus líneas duplicada.
Trigrama Li, Fuego, adherir (a cuerpos) |
hexagrama 61, La Verdad Interior |
La tercera es nuestra dependencia emocional, la que nos acerca unos a otros, nuestra empatía al vincularnos y nuestro apego a las personas que amamos.
La cuarta es que, aunque queramos unirnos para siempre al otro, cada uno vive solo en su interioridad. Estamos irremediablemente solos, cada uno con su propia vida y su propio camino. Tarde o temprano cada uno seguirá el suyo, se individualizará.
Este hexagrama habla de la verdad interior y esa es la verdad interior de todo hombre sin distinción de sexos. Porque es la verdad interior de la naturaleza humana. Del binario humano, las líneas tres y cuatro de este hexagrama
Dependencia emocional en 61.3 y camino individual en 61.4. Las dos líneas son yin y se hacen yang cuando se afirman al mutar. Eso detiene la ejecución, porque ¿quién puede decir que esto no es verdad?
Vivir con eso, con ambas cosas, porque ambas son verdad interior. Esa es la condición humana. Ambas cosas. De nada sirve negarlo; cuanto más se niega, más daña. Ambos términos son verdad.
La imagen del 61 habla de detener las ejecuciones. Eso hacemos para poder vivir esas dos líneas oscuras centrales. Detener las ejecuciones. No podemos cerrar la puerta y dejarlo atrás ni podemos dejar de salir al mundo a recorrer el camino individual. Entonces hacemos así, detenemos las ejecuciones, aceptamos ambos términos de la dualidad.
No podemos elegir entre dos verdades que se contradicen entre sí.
Eso hacemos con nuestros padres, hermanos, amigos, hijos, amores. Suspender las ejecuciones indefinidamente hasta que la muerte termina por resolver este dilema existencial de nuestra condición humana.
Esta es una lectura puramente humana, pero este hexagrama tiene un alcance global. Hace referencia a la aceptación del mundo dual en igualdad de términos. Vivimos la dualidad y no hay más remedio que aceptar la verdad de ambas.
Cuando aceptamos nuestra dualidad sin ejecutar sentencia, cuando vivimos postergando indefinidamente la sentencia, estamos en condiciones de hablar y actuar como lo hace el dictamen de este hexagrama.
Porque ya no mentimos más, es verdad que necesito tu compañía y es verdad que necesito seguir mi propio camino. Y tú también.
Es verdad que soy débil, es verdad que soy fuerte. Y tu también:
Este hexagrama habla de la verdad interior y esa es la verdad interior de todo hombre sin distinción de sexos. Porque es la verdad interior de la naturaleza humana. Del binario humano, las líneas tres y cuatro de este hexagrama
Dependencia emocional en 61.3 y camino individual en 61.4. Las dos líneas son yin y se hacen yang cuando se afirman al mutar. Eso detiene la ejecución, porque ¿quién puede decir que esto no es verdad?
Vivir con eso, con ambas cosas, porque ambas son verdad interior. Esa es la condición humana. Ambas cosas. De nada sirve negarlo; cuanto más se niega, más daña. Ambos términos son verdad.
El gato lo hace bastante bien, algo que podemos aprender de ellos. |
La imagen del 61 habla de detener las ejecuciones. Eso hacemos para poder vivir esas dos líneas oscuras centrales. Detener las ejecuciones. No podemos cerrar la puerta y dejarlo atrás ni podemos dejar de salir al mundo a recorrer el camino individual. Entonces hacemos así, detenemos las ejecuciones, aceptamos ambos términos de la dualidad.
No podemos elegir entre dos verdades que se contradicen entre sí.
Eso hacemos con nuestros padres, hermanos, amigos, hijos, amores. Suspender las ejecuciones indefinidamente hasta que la muerte termina por resolver este dilema existencial de nuestra condición humana.
Esta es una lectura puramente humana, pero este hexagrama tiene un alcance global. Hace referencia a la aceptación del mundo dual en igualdad de términos. Vivimos la dualidad y no hay más remedio que aceptar la verdad de ambas.
Cuando aceptamos nuestra dualidad sin ejecutar sentencia, cuando vivimos postergando indefinidamente la sentencia, estamos en condiciones de hablar y actuar como lo hace el dictamen de este hexagrama.
Porque ya no mentimos más, es verdad que necesito tu compañía y es verdad que necesito seguir mi propio camino. Y tú también.
Es verdad que soy débil, es verdad que soy fuerte. Y tu también:
Verdad Interior. Cerdos y peces. ¡Ventura!
Es propicio cruzar las grandes aguas.
Es propicia la perseverancia.