Ir al contenido principal

Hexagrama 61, una lectura de las lineas 3 y 4




Para comprender este hexagrama hay que tener en claro que su nombre no es "la verdad exterior", que su nombre es La Verdad Interior.
Entonces, si ese es su nombre, vayamos a mirar lo que hay en su interior.

Vemos que en su interior hay dos líneas centrales yin, el binario del Hombre entre el binario de Cielo -las dos superiores yang- y el binario de Tierra, las dos inferiores yang.

Miremos el binario del Hombre, las líneas 3 y 4 de este hexagrama.
Miremos los dictámenes de esas dos líneas para poder comprender el dilema en que vivimos, un dilema irresoluble que este libro dice que se resuelve aceptando ambos términos a la vez. Que se resuelve si aceptamos que tanto la línea tres como la cuatro son verdad y vivimos de acuerdo con esa verdad. Sin renegar de ella.

Lo dice en LA IMAGEN, uno de sus textos oraculares, que en traducción de Wilhelm dice así:

Por sobre el lago está el viento: la imagen de la verdad interior.
Así el noble discute los asuntos penales, con el fin de detener las ejecuciones.

La finalidad del juicio es detener las ejecuciones y acá es donde llega la cuestión en la que necesitamos reflexionar. ¡Que la finalidad del juicio es detener las ejecuciones no es algo que hagamos!
Nosotros, si enjuiciamos, es para llegar a un veredicto y ejecutar una sentencia!, ¿cómo es esto, de que la finalidad del juicio es detener la ejecución?

Pueden acordar conmigo -o no- que esto significa postergar indefinidamente la sentencia.
No cerrar el caso, dejarlo abierto, no tomar partido, aceptar ambos términos, sostener el no saber, aceptar la dualidad.
Porque, ¡ambos son verdad y son opuestos! ¿Cómo es esto de que ambos son verdad si uno está negando al otro?¿Me he perdido de algo que no estoy viendo en este hexagrama?

Porque la línea tres dice:
Él se encuentra con un compañero, ya toca el tambor, ya cesa de hacerlo, ya solloza, ya canta.
En cambio la cuatro dice:
La luna que está casi llena. Se pierde el caballo de yunta. No hay falla.

Y este hexagrama dice que ambos son verdad y que esa es nuestra verdad interior.
Estamos en un dilema, esto es un dilema.


Los motivos están en el núcleo de la cuestión, pero el núcleo es oscuro, desconocido, misterioso, el misterio de nuestro cuerpo, un cuerpo desconocido.
Los hombres vivimos un cuerpo y tenemos consciencia, el cuerpo es yin, la conciencia es yang. Ambos están juntos, ambos son verdad. Pero, por más que la ciencia haya indagado en nuestro cuerpo para saber cómo funciona, una cosa es la ciencia y otra cosa es vivir en un cuerpo.

En este hexagrama el cuerpo es ese centro oscuro, yin, de donde irradia la luz de la consciencia yang hacia arriba y abajo, hacia el cielo y la tierra. 

Un hexagrama que es como el trigrama Li, Fuego, pero con cada una de sus líneas duplicada.

Trigrama Li, Fuego, adherir (a cuerpos)

hexagrama 61, La Verdad Interior

La tercera es nuestra dependencia emocional, la que nos acerca unos a otros, nuestra empatía al vincularnos y nuestro apego a las personas que amamos.  

La cuarta es que, aunque queramos unirnos para siempre al otro, cada uno vive solo en su interioridad. Estamos irremediablemente solos, cada uno con su propia vida y su propio camino. Tarde o temprano cada uno seguirá el suyo, se individualizará.

Este hexagrama habla de la verdad interior y esa es la verdad interior de todo hombre sin distinción de sexos. Porque es la verdad interior de la naturaleza humana. Del binario humano, las líneas tres y cuatro de este hexagrama
Dependencia emocional en 61.3  y camino individual en 61.4. Las dos líneas son yin y se hacen yang cuando se afirman al mutar. Eso detiene la ejecución, porque ¿quién puede decir que esto no es verdad?

Vivir con eso, con ambas cosas, porque ambas son verdad interior. Esa es la condición humana. Ambas cosas. De nada sirve negarlo; cuanto más se niega, más daña. Ambos términos son verdad.


El gato lo hace bastante bien, algo que podemos aprender de ellos.

La imagen del 61 habla de detener las ejecuciones. Eso hacemos para poder vivir esas dos líneas oscuras centrales. Detener las ejecuciones. No podemos cerrar la puerta y dejarlo atrás ni podemos dejar de salir al mundo a recorrer el camino individual. Entonces hacemos así, detenemos las ejecuciones, aceptamos ambos términos de la dualidad.
No podemos elegir entre dos verdades que se contradicen entre sí.

Eso hacemos con nuestros padres, hermanos, amigos, hijos, amores. Suspender las ejecuciones indefinidamente hasta que la muerte termina por resolver este dilema existencial de nuestra condición humana.

Esta es una lectura puramente humana, pero este hexagrama tiene un alcance global. Hace referencia a la aceptación del mundo dual en igualdad de términos. Vivimos la dualidad y no hay más remedio que aceptar la verdad de ambas.
Cuando aceptamos nuestra dualidad sin ejecutar sentencia, cuando vivimos postergando indefinidamente la sentencia, estamos en condiciones de hablar y actuar como lo hace el dictamen de este hexagrama.
Porque ya no mentimos más, es verdad que necesito tu compañía y es verdad que necesito seguir mi propio camino. Y tú también.
Es verdad que soy débil, es verdad que soy fuerte. Y tu también:

Verdad Interior. Cerdos y peces. ¡Ventura!
Es propicio cruzar las grandes aguas.
Es propicia la perseverancia.





Entradas populares de este blog

El hexagrama 54, Kuei Mei, fin y comienzo de la humanidad (1ª parte)

Un pacto de amor y fidelidad. Las mujeres que también somos madres, solemos tener este tipo de pacto con nuestros hijos. Por eso el hexagrama 54 toma como modelo la muchacha que pasa a ser esposa y madre. En el 54 algo satisfecho sigue a algo que le da una razón para seguir. Porque cuando uno está satisfecho necesita a alguien o algo que lo movilice, que le de una razón para vivir. La razón para vivir no es egoísta, porque esta persona está satisfecha. Es algo que puede traer al mundo, algo nuevo. Por eso en el 54 se habla de dar hijos al hombre, el hijo es lo nuevo y la razón para vivir. Pero no debemos olvidar que en el I Ching se habla con metáforas y que esto significa que esta persona -sea hombre o sea mujer- se está movilizando tras un ideal -yang, luminoso, idea, macho con un órgano reproductor convexo- que quiere materializar en el mundo -yin, oscuro, materia, hembra con un órgano reproductor cóncavo. Como cuando decimos, "yo me he casado con esa idea, mi compromiso

Hexagrama 40, La Liberación

Muy bien. Parece que por fin podré escribir algo del hexagrama 40, La Liberación. Una propaganda de guerra de los '40, acá las mujeres fuimos en masa a las fábricas y aprendimos que la cosa no era nada del otro mundo. Luego no se puede volver atrás. Elijo hablar de la liberación femenina en este cartel porque soy mujer y he pasado por esto. Si hay una experiencia que conozco bien y me ayudó a afirmarme en mi misma, a reconocerme como un sujeto de derechos, es ésta. El trabajo fuera de la casa. Pero lo que escribo abajo vale para hombres y mujeres. Este hexagrama 40 es el trabajo interior más arduo y prolongado en el tiempo que he hecho en mi vida. Abandonar la tribu llevándola conmigo. Pero cualquiera que reciba este hexagrama 40, sea hombre o mujer, tenga la edad que tenga y esté en el contexto que sea; sepa que lo que está viviendo es esa dualidad de "lo quiero y no lo quiero" y de "lo bueno que es tan bueno y lo malo que es tan malo".

El hexagrama 43, Kuai, y la liberación

El hexagrama 43, Kuai, se ha traducido por varios nombres que en nuestro idioma intentan expresar la condición en que la mente se encuentra cuando experimenta este estado Kuai. El Desbordamiento, La Resolución y Divergir, son algunas de las palabras que se han elegido para traducir Kuai.  En resumen, sucede cuando uno se está liberando de una carga. Uno se la saca de encima, algo evidente en la estructura del hexagrama donde algo denso y material que pesa en la sexta línea es expulsado por arriba por las 5 líneas yang que ascienden desde abajo. El Grito- Munch  El Desbordamiento nos dice que se ha traspasado un límite, o que se está a punto de hacerlo. Y específicamente es un límite que está establecido dentro de la mente. Pasar un límite dentro de la mente es caer en una "locura", nuestra mente racional no puede entender cuando algo participa de forma simultánea de dos condiciones antitéticas. Ser y no ser al unísono es impensable por nuestra mente raci

El hexagrama 32, Hong, La Duración, La Permanencia

En un principio este nombre resulta extraño, porque el libro se llama El Libro de las Mutaciones, y este hexagrama habla de lo que permanece, o de cómo es que algo permanece. Entonces es que alguna permanencia existe. ¿Qué permanece? ¿Cómo es que permanece? Lo que permanece es el objeto de tu consulta. Si preguntaste por la condición de tu relación o por la condición de una disputa, y te salió este hexagrama sin cambios, tu relación permanece, la disputa también. Ambos gozan de buena salud. A cada fin sigue un nuevo principio, a cada invierno una primavera. Secuoia, un árbol longevo saludable y vital.  Si no te gusta el cómo vives la duración, tienes que saber que ese cómo es la condición de la permanencia de la cosa en cuestión. Porque La Duración no siempre se vive como el paraíso o el infierno en la tierra. No siempre son cosas bonitas o feas. Hay veranos y hay inviernos, y en ocasiones el frío hace crujir las ramas o la sequía las reseca. Pero si permanece vuelve la pr

El Hexagrama 23, Po, y el vigía en el sexto puesto

Todo lugar con el que entras en contacto, es un lugar para practicar el camino El tema de este hexagrama es la presencia de la muerte en la vida, y nuestras actitudes de frente a ese conocimiento. Cuando tenemos que lidiar con lo perecedero El hexagrama 23 nos habla de una condición de la que sí o sí nos debemos hacer cargo, todo acá es perecedero. La actitud más común frente a esta condición es hacer como que no sucede nada, nos cuesta registrar en la conciencia y reflexionar sobre la condición mortal de todo lo vivo. Si estamos con vida moriremos es algo en lo que algunos de nosotros intentamos pensar lo menos posible. Pasar de la muerte es una actitud en apariencia despreocupada, que en ocasiones oculta un extremo rechazo. Si siempre hemos eludido reflexionar sobre la muerte somos irresponsables hacia todo lo que tiene vida, y la muerte propia y ajena nos sorprende, como si nunca hubiéramos oído hablar de ella. Por el contrario, en otros sucede una