Estamos llegando al hexagrama 13 luego de pasar por la terrible experiencia del hexagrama 12, que muestra muy bien lo que sucede en una tiranía de hombres fuertes y despiadados. Luego de esa experiencia hemos acordado que nuestra unión es voluntaria y solidaria. Quién más quién menos, todos aportan algo y se benefician con algo. Hay discusiones, hay camarillas, hay egoísmos y envidias, hay excluidos y autoexcluidos, todo está en sus líneas. Es imperfecto, pero es lo mejor que tenemos para convivir.
Se trata de que nos mantenemos unidos en comunidad organizada por un principio rector alrededor del cual todos giramos y giramos. Somos uno y somos muchos, comunidad y también individuos por derecho propio, el principio rector que anima a nuestra comunidad es la solidaridad interior amorosa que se muestra en nuestras leyes escritas en los códigos. Los códigos de convivencia.
Se señala en este hexagrama con el trigrama interior Fuego, la malla adherente que mantiene todo unido, lo que calienta, anima e ilumina nuestras vidas. Li simboliza la verdad que ilumina nuestra consciencia y nos trae felicidad. Aunque sea una aproximación, un paso más en ese camino.
El principio rector es el eje de rotación de nuestro mundo.
Este concepto del Axis Mundi está en el hexagrama 13, se hace evidente en su sexta línea, la que marca el cambio de las estaciones al mutar al hexagrama 49, La Revolución. El hexagrama 49 es el hexagrama del hacedor de calendarios. El que mira a las estrellas y sigue noche a noche sus caminos giratorios en el cielo y encuentra que, así como es arriba, también es abajo. Todo está unido en un baile que es una ronda.
Hexagrama 13 |
Hexagrama 49 |
Por eso la sexta línea del hexagrama 13 tiene su altar en las afueras, en las afueras del muro que rodea la ciudad de los hombres. Porque es amigo de las estrellas también, de las plantas y de los animales, de lo salvaje e inhóspito. Es amigo de todo el mundo y extiende esa solidaridad amorosa a toda la creación.
El concepto de solidaridad de este haxagrama es aplicable a cualquier grupo de hombres que no están ligados por contratos de sumisión a un líder, grupos de relaciones horizontales, sean pequeños o sean grandes. Porque todos los que giran, las cinco lìneas yang, son por igual yang. Dignas y fuertes, autosuficientes y singulares.
Son grupos que se gobiernan y organizan alrededor de un principio rector y cuyas disensiones internas se resuelven apelando a ese principio rector. Se puede ver en las cinco líneas inferiores que no es algo fácil de lograr, que requiere trabajo y responsabilidad, asumir los costos individuales y colectivos.
La autoridad y poder del principio rector es lo que ilumina, da calor y mantiene unido a los individuos que giran a su alrededor. Se trata del trigrama inferior Fuego, su función es mantener la unión de las líneas yang por su poder de adherencia, por su docilidad.
El trigrama superior Cielo se puede pensar como el cielo estrellado con su movimiento de rotación alrededor de los Polos Celestes, cada estrella un individuo, cada estrella una chispa de consciencia.
Es muy interesante acá reflexionar en los distintos significados del trigrama fuego como trigrama inferior en un hexagrama. Sus significados nos muestran, en este caso, qué tipo de cosas mantiene unidos en comunidad a los hombres.
Li, Fuego abajo y adentro. Calor, alimento en el estómago, consciencia en el cuerpo, verdad interior y visión interior, vivencia de la luz. Oro o dinero en el bolsillo, comunidad de pertenencia, amistad, lo ineludible de la muerte porque el fuego consume, un deseo luminoso y ardiente que da calor y fuerza a una vida humana. Una comprensión que nos une. El Sol en el cuerpo, la estrella que nos calienta a todos. El trabajo y el esfuerzo en una comunidad organizada. El calor y la luz del hogar. Una tradición significativa. La digestión.
Pueden seguir por su cuenta.
Un texto sagrado visitado a menudo e incorporado, como los Vedas o la Biblia o el Corán.
El I Ching que conocemos los que lo usamos en occidente, el conjunto ordenado de hexagramas en una secuencia con sentido, la secuencia del rey Wen.
El conocimiento que nos convoca
El principio rector no tiene dueño, sólo está ahí y nos mantiene unidos en el baile, como polillas alrededor de la llama.
No se puede retener el dinero en el bolsillo porque es moneda de intercambio, porque pasa de mano en mano. No es posible poseer una fe única, porque es la de todos y cada uno es un individuo, una estrella con su propio centro de consciencia y su visión. No se puede poseer la verdad absoluta por la misma razón. Esa luz no es una propiedad, somos sus usuarios circunstanciales; chispas, perros de paja y tigres de papel. Mortales.
Su simbolismo está presente en muchas ceremonias, antiguas y actuales. Una fecha conmemorativa de un acto fundacional. El baile alrededor del palo de mayo que celebra el regreso de la primavera y el ascenso del Sol que madura los frutos de la Tierra.
El texto oracular de la segunda línea reflexiona sobre lo que sucede cuando una parte de esa comunidad intenta canonizar la verdad como verdad única y uniforme, cuando la verdad se convierte en un dogma homogéneo o cuando se apropia de esa luz para su uso dentro de un clan, una mafia o una secta. Un grupo que no extiende esa solidaridad a todos los seres. Que no les permite un lugar soleado, cálido, acogedor.
Dice que el resultado de esto para esa comunidad es la humillación. Que todos los que giramos alrededor de esa verdad que intentamos alcanzar nos encontramos postrados y arrastrados por el suelo, que perdemos nuestra dignidad y la luz se extingue. Que solo queda el frío brillo de las estrellas, que perdemos nuestro hogar. Como un ser humano que vive en las calles y duerme a la intemperie porque no tiene monedas en el bolsillo. O como una tradición que ha perdido el significado que la anima.
O como una verdad trascendente que no tiene intermediarios que nos la hagan más humana. Que no tiene avatares y es inalcanzable. Una verdad que no nos cuenta historias, que no nos ayuda a comprender, que no tiene imágenes evocadoras, que no tiene palabras para ser trasmitida, que no tiene cuerdas que nos permitan unirnos a ella.
Hexagrama 13 |
Hexagrama 1 |
Comentarios