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HEXAGRAMA 61, meditando en sus líneas.

Supongamos que, a nuestra consulta, ha respondido con La Verdad Interior sin cambios.

Dice que ya sabemos la situación en la que estamos, conocemos todos sus números y medidas porque llegamos al 61 desde el 60, pero no podemos tomar una decisión porque estamos con el corazón y la mente en conflicto. No es que estemos presos de algo externo, estamos en libertad de acción. Es un dilema interior.

Las dos líneas blandas centrales del 61 muestran eso, la tercera nuestra dependencia emocional, la cuarta la decisión racional de seguir nuestro camino. 

Seguir el propio camino en la cuarta línea del 61 nos lleva al hexagrama 10, El Porte, a hacer lo propio. Seguir a nuestras emociones en la tercera nos lleva al hexagrama 9, La Fuerza Domesticadora de lo Pequeño, a vivir en la corte del tirano. 

En el caso de la mutación del 61 al 9, el tirano del 9 es la propia dependencia emocional. Y cuando muta la cuarta del 61 al 10, es no reconocer esa dependencia emocional y que nos muerda el tigre. 

Porque todas las líneas del hexagrama 61 están actuando, están presentes y viven en el hexagrama, lo hemos recibido sin cambios. Todo está en uno mismo o al alcance de uno mismo, las cuatro posibilidades de mutación y el poder de hacerlo están presentes, y hay consciencia de ello. 

Digo las cuatro centrales porque son las que conforman el núcleo de la cuestión, la primera recién empieza o está de paso y hecha una ojeada, tal vez vuelva, tal vez no. La sexta puede sobreactuar o hablar porque sabe de lo que se trata, ya lo tiene sabido, pero raramente se inmiscuye más allá de eso.  

Las cuatro centrales son las que cortan el ajo y se ensucian. Cuando las cuatro mutan vamos al hexagrama 30, que tiene gran similitud conceptual con el 61. El 30 es la comunidad, la visualización mutua, lo que vemos todos los días con consciencia, el ojo y la adherencia mutua. El 61 es un super-ojo y es super-consciencia.

El 61 tiene ese patrón de trigrama Fuego duplicado en cada una de sus tres líneas, como el 62 duplica el trigrama Agua. Un trigrama Fuego duplicado en cada una de sus líneas es máxima consciencia y adherencia a la luz.

Trigrama Fuego, luz, consciencia, adherencia a los objetos, docilidad.


El 61 tiene cuatro líneas firmes y luminosas y dos líneas blandas y oscuras. Esta condición es compartida por otros hexagramas, como el 34, El Poder de lo Grande o el 33, La Retirada.  Hexagramas enérgicos y determinados que te desaconsejan postergar las decisiones -el 33- y que te instruyen sobre el uso del poder que uno tiene -el 34-. El 61 no carece de fuerza y poder, es su patrón de líneas lo que lo clausura.

Hexagrama 61. El Viento sobre el Lago.

Esta es la Imagen del 61,

Sobre el Lago está el Viento, la imagen de la Verdad Interior. Así el noble delibera sobre los procedimientos legales y posterga las ejecuciones.

Este hexagrama es una clausura, un huevo, y los huevos están para ser empollados. Y dónde se empollan? En el nido. Y dónde está el nido en este hexagrama?, en la quinta línea, donde está el pichón que responde. Los pichones siempre están en el nido. Lago canta y Viento responde rielando la superficie de Lago. Como un eco. 

Esa es la señal que hay que distinguir acá en el 61, cuál canto es tu canto. Cuál de todos los clamores te encadena, porque grullas hay a montones y todas claman, pero tu madre es una y tiene un sonido distintivo.

La segunda línea es la que llama para compartir todo lo bueno y bello que ha encontrado en sus viajes, con todos los seres a los que ama como a hijos. Lo dice así en el texto:

Una grulla que clama en la sombra.

Su pichón le responde.

Tengo una buena copa. 

Quiero compartirla contigo.

La quinta es la que crea las condiciones para que eso sea una realidad porque reconoce que la segunda línea, que empollando ha hecho eclosionar el huevo, posee la verdad. 

Él posee la verdad que une con cadenas.

No hay falla.

Está hablando de un reconocimiento mutuo entre la segunda y la quinta, ambas son líneas firmes, son yang, creativas y con iniciativa propia. Ese es el lazo que actúa como una cadena, el reconocimiento que la quinta línea hace de la segunda. Si la quinta no la reconociera, la grulla estaría llamando en vano.

Es el lazo de madre a hijo y de maestro a discípulo y es lo que sentimos con este libro cuando aprendemos a usarlo. Otros lo sentirán con otros maestros y también hay otros maestros en nuestra propia vida, innumerables, vivos y muertos. Sus palabras siguen ahí, creando cadenas, haciendo conexiones. Porque el maestro siempre es yin, solo responde si le preguntan. 

Acá, en la segunda línea, solo hay un grito, una llamada, un clamor distintivo del maestro que permite reconocer que ha llegado de sus viajes. Y que trae buenas nuevas para compartir.

Es evidente que, existiendo una línea yang central en el interior, la otra yang central querrá responder actuando con energía y prontitud en el exterior. 

Ambas son firmes y ejecutivas y resuelven el dilema mutando al 27, La Alimentación. Comer juntos, nutrir con verdad nuestras vidas, para que siempre haya un nuevo comienzo y que la luz no se extinga. Que encadene a las generaciones pasando de mano en mano.


También es posible que ambas no muten al unísono, cuando lo hace la segunda vamos al tendencial 42, El Aumento. Entonces, la quinta del 42, si  es que tiene un corazón bondadoso, abierto, reconocerá esa verdad y mutará a su vez nuevamente al 27, La Alimentación.  

O mutará la quinta del 61 y vamos al tendencial 41, La Merma. Donde la segunda yang afirma que, sin mermarse a sí mismo, uno puede acrecentar a los demás. Porque la verdad no le pertenece, sólo es que la ha encontrado empollando -porque esta mutación viene del 61- y entonces la comparte con los que la puedan oír. Con lo que nuevamente estamos en el 27, La Alimentación. 

La Alimentación, el 27, que sale tanto en este estudio del 61, también se asemeja al trigrama Fuego y al hexagrama 61. Un espacio abierto entre líneas cerradas.

H.27. El maxilar inferior móvil, Trueno, el superior quieto, Montaña. El patrón de una boca abierta con dos hileras de dientes. Acá hay que masticar como en el 61 hay que empollar, concienzudamente.


La gran pregunta del 27 es, ¿qué y cómo alimentas a ti mismo y a los demás? El qué y el cómo de la alimentación. Todas sus líneas son para meditar mucho en lo que estamos haciendo.

Comida que entra y palabras que salen son sus cuestiones, porque la boca y su contenido duro y blando nos sirve para masticar pero también para modular las palabras y aprender lenguas para comunicarnos mejor y abrir la mente. Mente y corazón abiertos actúan de consuno.

 Alimentos variados y balanceados y una buena masticación saboreando con calma la comida, es el comienzo de una buena digestión. Lo que estamos comiendo son los frutos de la Madre Tierra.

Palabras sabias y bondadosas anidan en los corazones y nos despiertan a la vida espiritual, son palabras que no saben de fronteras. Cuando el pichón las escucha y las reconoce, abre su pico y se alimenta.

Estas mutaciones que estoy comentando se suceden en estas meditaciones que estamos haciendo cuando nos responde con el 61 sin cambios. Porque necesitamos tomar decisiones y en el 61 no se resuelven de la noche a la mañana. Es necesario empollar hasta que rompa el huevo.  La rotura por abajo al 20, por arriba al 19, por arriba y abajo al 2.

Con el 2 encontramos la guía en el mundo. Entonces nos decimos, "los dilemas se terminan por resolver de alguna manera y, en ocasiones, suele ser la más impensada". 

Se entiende que la Imagen del 61 nos hable de posponer las ejecuciones, de no dar algo por sentado, porque hay que empollar hasta que rompa el huevo, aparezca el pichón y reconozca el clamor de su madre para que pueda ser alimentado y crezca sano y fuerte. 

El 61 nos habla también de la alimentación espiritual de las nuevas generaciones, porque acá se trata de grullas, el símbolo de la gran ave blanca espiritual que vuela a grandes alturas cruzando las altas montañas y los mares en su migración anual. 

Un ave que desconoce fronteras entre los hombres, que vuela alto en el cielo en el 20 y baja a tierra en el 19; porque a las cosas, cuando son grandes, se las puede contemplar como un presagio.

La grulla ha reconocido a su pichón, el maestro ha encontrado a su discípulo, el discípulo a su maestro. Ambos dan y toman, ambos se alimentan al unísono. 

Así, esas dos líneas centrales del 61 permanecen blandas en su sitio y el dilema se resuelve. La dependencia emocional existe pero no daña, el propio camino existe y nos lleva al maestro sin que el tigre nos muerda.

Cuando andamos buscando la felicidad, no sabemos lo que en realidad estamos buscando. No reconocemos de qué está hecha la felicidad. El íntimo contento que canta es Tui en el 61 y Sun es la gran ave blanca que escucha la llamada y responde. Eso es la felicidad. 

Contento y suavidad, deliberación meditada de los asuntos legales que posterga todas las ejecuciones. Nunca se da por perdido a alguien, porque ninguno conoce todos los caminos de la humanidad. Y, así como hay idas, también hay vueltas.


Empollemos, para que la Luz nunca se extinga entre los Hombres.

Comentarios

Marta Ortiz ha dicho que…
Hola Silvia, gracias a ti. Un abrazo muy grande.
Marta
Alejandra ha dicho que…
Hola cómo están? Me mudé de lugar o más bien volví a mi lugar de nacimiento y crianza. Anduve 6 años en busca de consolidar una relación pero..
Ya instalada acá de vuelta al preguntar cómo me las arreglaría acá?
Aparece el 61 mutando al 10.
Y saben que? El tigre ya no escucha cacareos, se vino al lugar donde puede encontrar su verdad. No quiere ni verme ni escucharme. Ya recorrió el camino y no le teme, pero yo si y traté por todos los medios de llevarlo a terrenos con incontables laberintos, los dos quedábamos atónitos.
Pero yo cacareaba, y el me quiere y por eso a veces me sigue muy a su pesar.
Ahora tengo que seguirlo a él. No se si conoce bien el camino pero está dispuesto a enfrentarlo y estaré dispuesta a seguirlo.
A veces vuelvo a cacarear, como ahora cuando escribo entonces veo que el pisa más fuerte y me vuelve a ese escenario donde tanto el como yo tendremos que recorrer y juntos. Necesitamos conocernos para no mentirnos y decirnos la verdad.
Sigamos al tigre para encontrar nuestra verdad al menos de vez cuando para no aturdirnos con los pío pío de nuestro ego.
Saludos y gracias 🙏
Marta Ortiz ha dicho que…
Hola Alejandra, gracias por comentar tu lectura acá. Un abrazo grande.
Tonia ha dicho que…
Hola Marta.
Se me han perdido las llaves. Las de mi casa, mi carro, y las de la oficina. Renuncié a mi trabajo y preceisamente una semana antes de tener que regresar las llaves, las he perdido. Le pregunté al oráculo que dónde estaban las llaves. Creo que el 61 me da una esperanza. Si tu fueras yo, seguirías buscando o lo dieras por perdido?
Abrazo.
Eline.
Marta Ortiz ha dicho que…
Hola Eline.
Intentaría decodificar la respuesta con la información que da la figura del hexagrama. Hacen falta pistas previas. Dónde se perdió es clave. Esa tiene que ser la primera pregunta, dónde se perdió. En la calle, en la oficina, en tu casa, en un negocio? Mientras están en tu bolso están seguras, la cosa es cuando salen de tu bolso para ser usadas y no vuelven a tu bolso. La casa es el lugar más usual de extravío de llaves. Intenta.

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