La cuestión del carro de la sexta línea me ronda en la cabeza hace 40 años.
Hace unos días estaba escuchando música e hice unas preguntas acerca de Mark Knopfler, lo sigo hace 40 años también, él es impecable e inagotable.
Me respondió con el 23 mutando en la sexta línea al 2. Me quedé pensando y acabo de encontrar una solución al asunto del carro. Lo escribo para que no se vaya ahora que lo estoy viendo.
El Carro de la sexta del 23 es la Osa Menor, esa constelación que gira y gira sin parar nunca alrededor de la Estrella Polar.
La confusión ha venido con las traducciones que escriben un carro en lugar de el carro. Los chinos llaman El Carro a la Osa Menor.
Y la imagen es perfecta, porque, qué es lo único que siempre se ve cuando en una noche limpia miramos al cielo en el hemisferio norte? Las constelaciones polares siempre están ahí girando y una tiene forma de un carro atado a Polaris, un carro para llevar con uno, El Carro.
El hexagrama 23 es una noche oscura estrellada. Algo que pocos conocen ahora pero que, cuando se escribieron los dictámenes, era el espectáculo de la noche.
Y ahí está El Carro girando, sea cual sea la estación del año o la hora de la noche.
Cinco líneas oscuras abajo, una luminosa en el tope. La imagen de una noche estrellada. |
Cuando alguien obtiene para sí un carro para llevar con uno, uno ya ha trascendido y, aunque muera, su carro para llevar con uno siempre estará ahí. Cuántos han aprendido con él, cuántos han reconocido su influencia, porque él no es egoísta con su música. De su vida privada nada sé ni necesito saber.
Con su música hago El Gran Viaje del hexagrama 20 junto a Andreea Petcu. Porque la cámara permite Ver lo Grande. Lo Grande es este planeta, como lo dice la segunda línea del hexagrama dos,
Rectilíneo, rectangular, grande.
Sin propósito, y sin embargo nada queda que no sea fomentado.
Si uno sigue su luz porque ama su música, uno está recibiendo favores refinados, porque los lugares a los que nos lleva nos maravillan. Uno está en la quinta línea,
Un cardumen de peces. Por las damas de palacio llegan favores.
Todo es propicio.
Entonces, uno lee el dictamen de la sexta línea en cualquier versión y todo cobra sentido, el hexagrama 23 también, porque Mark se despide de la vida con más música. No puede ser de otra manera.
Dice así,
Hay un gran fruto todavía no comido.
El noble obtiene El Carro.
Al vulgar se le desintegra la casa.
Así son las cosas, él morirá con el gran fruto todavía no comido, porque si viviera doscientos años nos seguiría maravillando con sus creaciones y porque no conocerá todo el impacto de su obra. Su obra lo trasciende, está en El Carro.
El Carro carga con todas las obras de los hombres que trascienden una vida humana, que se superan a sí mismos. Es un carro grande que también se seguirá llenando de frutos que aún no hemos comido, porque cobrarán existencia en el futuro.
Otros hombres, otras épocas que no conoceremos pero que aseguran grandes frutos. Porque así somos los seres humanos cuando no nos oponemos a nuestro destino, creativos, inagotables, emocionales, imaginativos, amorosos y generosos. Y también limitados, concentrados, perseverantes, estudiosos y rigurosos en todo lo que hacemos.
Mark y tantos otros seguirán girando y girando, recorriendo la Tierra por dónde lo lleven, como la yegua del hexagrama 2. Dócil, perseverante, mansa, servicial. Un ser humano de esta hermosa Tierra madre nuestra, uno de sus hijos que ya está en El Carro.
Otra muestra, What it is, su letra casi que está describiendo al hexagrama 23, con esa linterna en la torre escribiendo canciones. Uno siente el clima de las líneas del 23.
Comentarios
Te cuento que hace unos días decidimos con mi pareja tomarnos un tiempo separados. Me estaba costando ser feliz con la relación y sentía que ya no podíamos seguir así. Después de muchas conversaciones, peleas e intentos, creí que no nos quedaba otra solución que separarnos para aclarar nuestras mentes y encontrar la felicidad en nosotros juntos o separados. Anoche le pregunté al I ching a dónde nos conduciría esta pausa y me respondió con el hexagrama 23, con mutación en la línea 3. Me hace pensar en algo que sospechaba que si yo ya no podía seguir así y los cambios superficiales eran inútiles, había que ir a fondo, dejar morir algo para renacer. También que hay un aprendizaje muy importante sobre el desapego. Me cuesta comprender la línea 3, podrías ayudarme en la interpretación? Muchas gracias!
Saludos
Te agradezco tus buenos deseos, es así como dices, uno es uno donde sea que esté.
Un abrazo
Mira la figura del hexagrama, 5 líneas yin y una sola yang en el 6º puesto, habla de finales. La figura es una montaña en una llanura, habla de acumulación. Si lo que se ha acumulado en los finales se puede llevar con uno, si es móvil. O, por el contrario, si lo que se ha acumulado te tiene preso.
Es decir, cuando en los finales en lugar de aliviar la carga, la conservas, no te puedes mover porque te pesa. Cuando en los finales la carga es liviana, te puedes mover y es como si tuvieras un carro para transportarla.
Te doy un ejemplo, tienes 60 años, muchos negocios y propiedades que administrar, llega otro momento en tu vida y no quieres descargar ese peso. Para cuando tengas 70 no tienes carro. Es como el Eclesiastés, hay un tiempo para cada cosa.
No hace falta encontrar la respuesta en algo que diga Wilhelm, lo que hace falta es observar el hexagrama, su figura, su composición.
Una pequeña acumulación se puede llevar en un carro, te hace liviana la vida cuando estás en los finales de algo, te permite hacer la transición al 24. De la otra manera te quedas atascado en el 23.
Cuando uno recibe un hexagrama sin mutación hay que estudiar lo que hace el hexagrama. Este hexagrama se libera de carga, de lo que ya no usará más. La vende, la dona, la cede en herencia, la libera y se libera. De eso se trata, el carro es lo que puedes cargar contigo para comenzar otra etapa en el 24. Ha de ser lo que entre.
No te enojes con el I Ching, sabe lo que dice jejejej
Un saludo, abrazo grande, que sigas bien. Liviana y alegre.