Hexagrama 46 y la ciudad vacía de la tercera línea

 

La ciudad siempre es el centro de gobierno, la cabeza, de un espacio rural que se organiza a su alrededor. Para proveerla de alimento, para comprar lo que no se produce en ese espacio rural y para vender los excedentes a otras ciudades lejanas. Es un centro de mercado, de intercambio, de vínculos sociales y también de elaboración de manufacturas con los insumos de la zona rural. Que el espacio organizado sea pequeño o grande, de la antigüedad o actual, no cambia esa característica de la ciudad. Ser centro, reunir en sí misma, coordinar comunicando con otras y organizar el espacio productivo a su alrededor. Ciudad, entonces, aparece en los dictámenes cuando esa función se hace presente, debería hacerse presente y no está; o está desorganizada, sin coordinación.

Son muchos los casos. Por ejemplo, la ciudad vacía de la tercera línea del signo 46, La Subida. Significa que la estructura está, pero la vida se ha ido de ahí. 

No hay mercado para lo mío en ese lugar que parecía prometedor, no puedo vender, si nadie compra lo que tengo para vender para mí es como si estuviera vacía. O los amigos de la infancia y adolescencia se han dispersado por distintos motivos o he cambiado yo y ya no hay afinidad con las personas con las que trato. La ciudad está vacía. La línea, al mutar, se dirige al hexagrama 7, El Ejército. 

     

Hexagrama 46, La Subida; Árbol abajo, Tierra arriba.

Hexagrama 7, El Ejército, Liderar; Agua abajo, Tierra arriba. 

 Hay que reorganizar mi producción, porque ya he echado raíces allí. También puede ser un trasplante, buscar otra ciudad donde se valore lo que hago en su mercado, pero la tercera línea del signo 7 advierte que se puede estar llevando un cadáver en el carro, el árbol ya afianzó sus raíces allí. 

Que derive a El Ejército significa que deberé estar en guardia sobre posibles ataques, que así soy vulnerable. Como cuando se camina a las cuatro de la mañana en una ciudad desierta. Es decir, entrenarse para la defensa armada y la conducción de mis tropas. Algo que muy bien puede suceder si mis obligaciones autoimpuestas por mi propósito, me llevan a tener que caminar a las cuatro de la mañana por la ciudad desierta.

Mejor poner a liderar al general de la segunda línea de El Ejército, la línea yang del trigrama Agua, que es veraz y recta y no se aparta del propósito, como corresponde a la firmeza y entereza de esa línea en todos los hexagramas donde está. 

Incluso en el hexagrama 6, El Pleito, donde elude el pleito para no involucrar a otros, pero el propósito sigue ahí, en la segunda del hexagrama 12, El Estancamiento. A esa línea, el estancamiento que otros soportan, toleran o disfrutan porque se benefician de él, le sirve para el logro. El logro de su propósito, por cierto. Es la línea de la Nodriza, el centrante tao de Tierra.

Hay que dimensionar bien el poder que el trigrama Agua tiene, esa línea central es el poder para la supervivencia y la afirmación de nuestro propósito, nuestra perseverancia. La única condición para el logro es veracidad, rectitud en el camino y esa agudeza de oído que nos permite escuchar siempre a nuestro corazón.

Hay muchos recursos propios sin explotar en el hexagrama 7, hay cinco líneas yin dóciles y serviciales, hasta el príncipe de la quinta línea está bien dispuesto, aunque sea un trabajo penoso. Uno se puede confiar al liderazgo de la segunda línea de El Ejercito, uno mismo la puede encarnar o seguir a otro que la encarne. Hay que formarse y entrenarse para otra actividad, una que sí se necesite en ese lugar o reorganizar su ejército y mudarse a otro barrio o formarse para participar de actividades donde sí encuentre esos vínculos que necesito para no vivir en una ciudad vacía.

Agrego otra cuestión, este es el signo 46, La Subida. Si tengo que ir a trabajar a las 5 de la mañana, es invierno, no hay un perro en la calle y cada persona con la que me cruzo es un peligro potencial, igual lo hago, porque es mi propósito el que está en marcha. Estoy creciendo y falta poco para cruzar a la cuarta línea y entrar en La Duración, el hexagrama 32. Todos lo han hecho, todos lo hacemos y lo haremos. Con La Subida es así, paso a paso y algunos son peligrosos. Estamos advertidos y ya hemos fortalecido a nuestro general de la segunda línea del hexagrama 7, no somos el novato de la primera línea que está trabajando ad honorem para reunir antecedentes y experiencia. A eso también ya lo hicimos.

Por otra parte, en esta línea actuamos solos, ya dejamos atrás la segunda; la línea del maestro, la madre, el instructor, la nodriza, la formación, la universidad o donde sea que nos hayamos formado. La palabra formar, formación, es militar, es del hexagrama 7, El Ejército. Esa condición de soledad de la tercera línea del 46, cuando actuamos con nuestras propias luces y recursos, se puede sentir como una ciudad vacía a las 5 de la mañana. El trigrama superior exterior es Tierra, allá afuera está oscuro, uno está solo frente a su responsabilidad, pero tiene su compromiso. El hexagrama 7 es Liderar, acá uno es el líder de sí mismo, de su propósito. Se ha independizado.