LA INTERPRETACIÓN DE LOS IDIOMAS SAGRADOS
Estudiar y reflexionar sobre los idiomas sagrados de la humanidad consiste en buscar significados comunes a todos ellos. El tema musical oculto en sus distintos arreglos.
La letra, la palabra que nombra, el número, el hexagrama y el trigrama, el dios, la runa, las cartas, los signos y planetas astrológicos; todos ellos son tecnologías culturales objetivas de las que nos apropiamos subjetivamente para comunicar significados. Instrumentos y modos de comunicación.
Lo transcultural es el significado, el tema y el escenario. El significado sin significante de los idiomas sagrados.
Uno necesita conocer las palabras, los mitos, la historia, la geografía, los modos de vida, el pensamiento con que viven lo que viven las distintas culturas para encontrarlo. Es decir, para encontrar la similitud de los significados subyacentes de los idiomas sagrados.
Como una malla, una red cuatridimensional de significado común presente en nuestra memoria genética que es igual para todos los hombres que han sido, son y serán.
Es por esto que digo que las palabras son vacías. Lo que da contenido a toda esa realidad cultural objetiva, el idioma sagrado, es el significado, y eso lo encuentro con mi particular subjetividad. Siempre es subjetivo, es una "interpretación" personal del tema musical.
Mi subjetividad también otorga significado en la medida de lo que se haya llegado a reconocer y aceptar de la propia cultura, es decir, reconocer desde qué lugar se está mirando; y también de lo que se pueda intuir, es decir, de lo que pueda restar no culturalizado y vivo en uno.
Son tres entonces; el significado universal; es decir, la red cuatridimensional de significado común a todos los humanos. La palabra-signo-mito-dios acotada a un espacio/tiempo cultural, el idioma sagrado. Y la propia subjetividad.
Es en ese sentido que digo que la realidad objetiva no existe fuera de la tecnología de la comunicación.
Que todo lo que se escribe o se significa con símbolos es una particular visión de la cosa. Lo que uno ha llegado a vislumbrar en su subjetividad de la cosa. Un personal recorte de la cosa. Intercambiamos recortes, porciones de la cosa.
Y que lo que se busca en realidad es si existe alguna cosa por fuera de esa subjetividad, que no sea un constructo social, es decir, una tecnología comunicacional, una ilusión de los sentidos.
Otra cosa. Una entidad incógnita. Un cero infinito. Un significado sin significante que abarque todos los significados. Algo más que humano, porque lo humano nos queda chico, nos ajusta, nos incomoda…
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