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El par 59-60. La Dispersión y La Medición. Y una anécdota para el 61, La Verdad Interior.

 Google me avisa que hoy, 14 de abril, es el Día Mundial de la Mecánica Cuántica. Entonces entro y hay un artículo de Wikipedia sobre la Superposición Cuántica y me encuentro con este par de hexagramas y una explicación de cómo es posible que el I Ching y otras mancias sean tan certeras.

La cosa es así, que cualquier sistema complejo, por más orden complejo que tenga, es un conjunto de variables medibles. El número de variables que se pueden medir, teóricamente, es infinito. Pero, cuando se mide una de ellas, todo el sistema colapsa en esa variable y te muestra una cantidad, un número y una medida, para esa variable. Es decir, que esa variable contiene también a todo el sistema. Una parte de un todo no deja de ser una parte de un todo aunque la midamos por separado. 

Es decir, que el hexagrama 48 no deja de ser precedido por el 47 y sucedido por el 49 en la secuencia del rey Wen, ni deja de ser el opuesto complementario del 21, ni el reverso del 59 o cualquier otra relación que guarde con otros en el sistema del I Ching como un todo. No deja de serlo aunque nos salga el 48 como respuesta única a nuestra consulta.

¿Qué es lo que hacemos al consultar un oráculo?. Si consideramos el mundo en el que vivimos ahora, y nuestra vida discurriendo a cada instante en él, como un infinito sistema complejo del que formamos parte activa mientras estamos vivos y pasiva cuando muertos, cada vez que consultamos, nuestra pregunta señala a una variable de las 64 posibles. Y nos muestra una cantidad y una medida aproximada de lo que se está jugando en esa variable. Número y Cantidad que está dada por la cualidad yin o yang y su estado joven o viejo de cada una de las seis líneas de esa variable, de ese hexagrama.

La Dispersión, el 59, es como tirar las monedas, mezclar las cartas, lanzar las conchas, el vuelo de los pájaros, las hojas de té moviéndose en la taza donde bebemos, la mano que sacude la bolsa de runas. Lo que se busca con la pregunta es una medida de la cantidad de una determinada variable entre infinitas variables. Entonces, con el I Ching, dispersamos lanzando monedas seis veces y al caer construimos un hexagrama de abajo hacia arriba hasta completar los seis espacios vacíos, o disponemos las cartas boca arriba de una determinada manera luego de mezclarlas con el Tarot o leemos la disposición en que han caído las conchas sobre la mesa o en el suelo o las runas que sacamos de la bolsa con la mano o el deposito de las hojas de té en nuestra taza cuando ya hemos bebido el té.

Hexagrama 59, La Dispersión.
Venteando las monedas, tomando el té, sacudiendo la bolsa de runas, tallando la baraja, viajando sin rumbo cierto...

Leer la fortuna, leer el momento y su proyección, es una idea que parte de considerar a este mundo como un sistema complejo activo en permanente cambio e intentar detenerlo por un instante para saber dónde estamos parados en un determinado asunto de nuestras vidas.

Antes de lanzar, todo es indeterminado. Cuando las monedas ya están sobre la mesa seis veces se establece un número y una medida. Algo como  el número 12 y las cantidades 8.8.6.9.7.7. Ese es el número y la medida para nuestra consulta. En ese número y con esa medida está la cuestión que nos ocupa la mente cuando consultamos. La cuestión con su verdad adentro, por que el hexagrama siguiente es La Verdad Interior.

Hexagrama 60, La Medición.
Un río del mar.

De toda esa agua que hay en el mar abajo, separo la de ese río en particular, la muestro, la numero y la cuantifico a la vista arriba. Es el proceso de distinguir una variable de entre la infinidad de variables de un sistema complejo. El mar abajo es el sistema complejo y el río arriba es una de sus variables. Siguen unidas porque es un hexagrama y este es parte de un sistema complejo, la Secuencia del Rey Wen. Los trigramas están superpuestos.

De La Dispersión a La Medición, el último párrafo del artículo que les comento dice así:

"Es interesante indicar que este es uno de los puntos de mayor controversia en la interpretación de la mecánica cuántica, y está relacionado con lo que la interpretación de Copenhague denomina «el colapso por el proceso de la medida». Cuando medimos una magnitud de un sistema, este colapsa en el estado que medimos."

Con lo que el par 59-60 viene a mostrar "el colapso por el proceso de la medida" y para nosotros, los que usamos mancias, no es controversial, es un hecho diario y demostrable de cómo funcionan las mancias y el interior del mundo.

Uno tiene un cerebro científico y racional junto con una mente abierta como esponja. Mi cerebro no puede negar lo que para mi mente es un hecho diario, se tiene que aguantar con sus controversias y no endilgárselas a mi mente. Así viven en paz, con el mutuo respeto debido, cada uno con lo suyo. Luego Uno decidirá lo que hará con todo eso más adelante. Cuando sea el momento. Como ahora, que es el momento de escribir.

Les cuento una anécdota, algo que viví con el 61, La Verdad Interior. Siento que es pertinente ahora, porque La Verdad Interior sucede al par de hexagramas que estoy comentando y es el resultado de esa medida junto con su par, el 62, el Exceso de lo Pequeño.

Hexagrama 61, La Verdad Interior.
Viento sobre el pantano o los pájaros sobre la mar.


Visitaba la costa chilena, fue en enero del 98, hace como treinta años. Fuimos a despedirnos del mar esa mañana del día anterior a nuestro regreso, estábamos paradas en una duna consolidada, muy alta sobre la costa. Vemos una mancha oscura, negra, sobre la costa, al sur, la mancha se hace cada vez mas grande, se acerca. Era ominosa y como si presagiara un evento natural fuera de serie. Bajamos a la playa y poco a poco se comienzan a distinguir los puntos, los pixeles de esa mancha, que ya iba ocupando un tercio del cielo al sur, sobre la costa del mar.

¡Son aves marinas! !No puede ser, son demasiados! Y son grandes, nada de chorlitos, grandes y negras. Nunca vi tantos pelícanos, cormoranes  y gaviotas juntos y en cantidades tan enormes que oscurecen el cielo. 

Acompañaban a un cardumen de peces interminable que viajó por la costa de sur a norte durante todo el día. Ningún humano entró al mar en la costa chilena ese día, todos estuvimos parados en las playas con la boca abierta, chilenos y extranjeros, todos estremecidos. El mar hervía de peces, los peces no cabían en el mar y los pájaros se lanzaban en picada y flotaban entre peces y con peces en el pico y todo en silencio, sin los gritos habituales, todos ocupados, comiendo, había como murmullos, ruidos sordos y zumbidos. La luz del sol se filtraba en bandas oblicuas entre las nubes haciendo brillar y opacando la superficie. No recuerdo olas, no había, todo era una masa de peces llevados hacia el norte.

Al caer la tarde la bandada se dirigió hacia el sur, volviendo a sus nidales, pasando y pasando, entonces pudimos dimensionar mejor  la cantidad de aves impensadas, una cantidad imposible pero verdadera. Cuando la mancha negra del cielo se perdió en la distancia quedamos en la playa con el mar hirviendo de peces que seguían viajando hacia el norte. Fosforescencias en el mar con el resplandor del sol que se había hundido al oeste.

Nunca antes ni después he sido conmovida por una manifestación de Vida tan tonante, y eso que también he navegado con las ballenas y sus cachorros como niños curiosos en el Golfo Nuevo y cada vez que viajo y me disperso por Tierra sin rumbo cierto la naturaleza regala maravillas.

El Cordón del Plata nevado, un arcoíris en Amaicha del Valle bajando para Quilmes, otro en Valle Encantado, los arcoíris en el desierto son los mejores. Una tormenta enorme y furiosa en el cielo de la llanura al sur de Río Cuarto viajando en moto, los campos ondulados de girasoles del sur de Buenos Aires, los de lino florecidos en Entre Ríos, las vacas rojas de cabeza blanca sobre el pasto verde en Bolívar, la plaza junto al río de Federación una mañana temprana de diciembre con el sol naciendo entre los árboles y las flores que gotean rocío, la mano en el río poderoso al cruzar el Paraná en una lancha de madera destartalada desde Barranqueras a Corrientes, todo el monte de brea florecido en el sur de La Rioja, el poder del mar y el viento subiéndome y bajándome como a una botella vacía antes de la rompiente, las libélulas turquesa que se posan en el cuerpo en el río, dos delfines bailando en el puerto de Necochea, una orca cazando un lobo marino en la costa de Península Valdés...

Estas son algunas de mis experiencias de medición y colapso de las variables del sistema-mundo. Esas que nos permiten acceso a su Verdad Interior que también es la nuestra. 

La Verdad Interior del mundo se muestra cuando alguna variable del sistema complejo es medida y los únicos que podemos medir las variables del sistema somos los hombres. La cuestión pasa por cómo vivimos en el mundo, si estamos despiertos y receptivos o no lo estamos. Si nos exponemos a las experiencias o las rehuimos, porque la percepción se amplía con la exposición. 


Nota
Este afloramiento de la corriente de Humboldt ocurrió a mediados de enero de 1998, el lugar donde lo presencié se llama Horcón. 
Es un pueblo pequeño de pescadores con un mercado de hortalizas en la calle y pelícanos en las rocas negras de la playa de pesca, donde al bajar el día procesan lo pescado y lo venden. Estoy muy agradecida a ese lugar, al gran Océano y a sus gentes.

Pego acá un artículo sobre Sentimiento Oceánico, es la percepción que registra la mente con este tipo de experiencias. Hay otros que lo dicen mejor, porque esa es su experticia. 
Es el hexagrama 61, La Verdad Interior.


Uno no sabe entre quienes camina, es mejor ser dócil como la vaca y perseverante como la yegua. En cualquier momento puede sorprender que, de sentirse pequeño en exceso, uno sea asaltado por la sensación de sentirse grande en exceso.


Comentarios

La Lau Gillete ha dicho que…
Gracias Marta, te mando mucho cariño y bendiciones, te leo siempre. Abrazo, Laura, desde Carlos Paz
Marta Ortiz ha dicho que…
Hola Laura, siempre te recuerdo, gracias. Que sigas bien, un abrazo.