El I Ching es un lenguaje sagrado. Esto no significa que su uso esté circunscripto a monjes, sabios y magos, sólo significa que nos permite conectar con La Fuente.
Como es un sistema chino, a La Fuente se la llama Tao
Nosotros somos pequeños, La Fuente es Grande. No hay problema, justamente por ser Grande es accesible. Como dicen los taoístas, el Tao no tiene sabor, ni olor, ni color, no se lo puede ver, no se puede oír y sin embargo por él nada queda que no sea realizado.
Los maestros que crearon el formato actual del I Ching vivieron en una época de aflicción como la nuestra. Reinaba un tirano, y el pueblo sufría hambre y malos tratos. Los hombres buenos y sabios eran perseguidos y silenciados, y los corruptos tenían el poder y abusaban de él. ¿Les suena?
Estos maestros lo pensaron para hacerlo accesible a todos, no para que fuera apropiado y ocultado a los hombres con el fin de ser un instrumento de poder más.
Los taoístas en su origen fueron profundamente anarquistas y libertarios, no sé como son en la actualidad.
A mí me interesan aquellos, los antiguos, Lao Tze y Chuang Tzu por ejemplo.
Por esto es que no es necesaria mucha ceremonia para consultar al libro.
Cuando consultamos nos referimos a él como el Maestro, es decir, el libro es el Maestro. Prueben a preguntarle quién es y verán.
Las versiones posteriores del libro introdujeron comentarios de la escuela confuciana y trajeron confusión al libro. Introdujeron todo tipo de juicio de valor y observaciones morales, cosa ajena al pensamiento taoísta. La traducción de Wilhelm agregó aún más.
Yo prefiero obviarlos, por eso uso mucho la traducción de Ritsema.
El pensamiento taoísta, que está en la raíz del libro, busca poner de acuerdo a cada hombre con su propia naturaleza. Fuera de toda convención social, de toda moral transitoria, la pregunta a contestar es ¿Quién soy? Y además ¿Cómo vivir sin traicionar mi propia naturaleza?
El libro te ayudará mucho en esto si ésta es la forma en que quieres vivir, siendo cada vez más lo que eres por naturaleza. Porque eso es algo que tenemos que descubrir, la aventura de descubrir quienes somos, qué nos hace felices nada más que haciendo lo que nos viene bien.
Dejar de lado lo impuesto, el mandato parental y el mandato social. Revisar todo bajo los propios parámetros, si "lo que me viene bien" coincide con los mandatos, mejor para ti. Menos trabajo y más armonía con el medio en que vives.
Pero si te lanzas a vivir según lo que te dijeron, lo que te marcaron que tenía que ser tu vida, y no lo revisas a tiempo, te puedes encontrar a los 40 con una gran frustración.
Por eso es que es bueno tener un maestro, un maestro de vida. Y este libro lo es.
Creo que lo ideal es introducir su uso de padres a hijos, pero como eso es muy ideal, supongo que alrededor de los 30 años, cuando ya se ha tenido algún que otro fracaso y algún que otro éxito, y se está comprendiendo que ser feliz no es tan fácil como te la pintan, es el momento de empezar a usar el libro.
Así te acercas a él con respeto, preguntando porque realmente necesitas ayuda.
Buena suerte.
Como es un sistema chino, a La Fuente se la llama Tao
Nosotros somos pequeños, La Fuente es Grande. No hay problema, justamente por ser Grande es accesible. Como dicen los taoístas, el Tao no tiene sabor, ni olor, ni color, no se lo puede ver, no se puede oír y sin embargo por él nada queda que no sea realizado.
Los maestros que crearon el formato actual del I Ching vivieron en una época de aflicción como la nuestra. Reinaba un tirano, y el pueblo sufría hambre y malos tratos. Los hombres buenos y sabios eran perseguidos y silenciados, y los corruptos tenían el poder y abusaban de él. ¿Les suena?
Estos maestros lo pensaron para hacerlo accesible a todos, no para que fuera apropiado y ocultado a los hombres con el fin de ser un instrumento de poder más.
Los taoístas en su origen fueron profundamente anarquistas y libertarios, no sé como son en la actualidad.
A mí me interesan aquellos, los antiguos, Lao Tze y Chuang Tzu por ejemplo.
Por esto es que no es necesaria mucha ceremonia para consultar al libro.
Cuando consultamos nos referimos a él como el Maestro, es decir, el libro es el Maestro. Prueben a preguntarle quién es y verán.
Las versiones posteriores del libro introdujeron comentarios de la escuela confuciana y trajeron confusión al libro. Introdujeron todo tipo de juicio de valor y observaciones morales, cosa ajena al pensamiento taoísta. La traducción de Wilhelm agregó aún más.
Yo prefiero obviarlos, por eso uso mucho la traducción de Ritsema.
El pensamiento taoísta, que está en la raíz del libro, busca poner de acuerdo a cada hombre con su propia naturaleza. Fuera de toda convención social, de toda moral transitoria, la pregunta a contestar es ¿Quién soy? Y además ¿Cómo vivir sin traicionar mi propia naturaleza?
El libro te ayudará mucho en esto si ésta es la forma en que quieres vivir, siendo cada vez más lo que eres por naturaleza. Porque eso es algo que tenemos que descubrir, la aventura de descubrir quienes somos, qué nos hace felices nada más que haciendo lo que nos viene bien.
Dejar de lado lo impuesto, el mandato parental y el mandato social. Revisar todo bajo los propios parámetros, si "lo que me viene bien" coincide con los mandatos, mejor para ti. Menos trabajo y más armonía con el medio en que vives.
Pero si te lanzas a vivir según lo que te dijeron, lo que te marcaron que tenía que ser tu vida, y no lo revisas a tiempo, te puedes encontrar a los 40 con una gran frustración.
Por eso es que es bueno tener un maestro, un maestro de vida. Y este libro lo es.
Creo que lo ideal es introducir su uso de padres a hijos, pero como eso es muy ideal, supongo que alrededor de los 30 años, cuando ya se ha tenido algún que otro fracaso y algún que otro éxito, y se está comprendiendo que ser feliz no es tan fácil como te la pintan, es el momento de empezar a usar el libro.
Así te acercas a él con respeto, preguntando porque realmente necesitas ayuda.
Buena suerte.
Comentarios
no deja de asombrarme.
Saludos afectuosos.