Bueno, ahora viene esa parte que algunos de nosotros los hombres consideramos terrible en la naturaleza de este planeta, su sinceridad: todo tiene un costo. La sinceridad destruye las mentiras y muchos amamos y cuidamos muy bien nuestras mentiras. Nos arrullamos con ellas, nos tranquilizamos.
Las cosas buenas vienen mezcladas con las malas y lo que hoy destruye y mata mañana alimenta a los 10.000 seres. Llamamos a eso la crueldad de la naturaleza siendo que eso es la bondad y la abundancia. Tenemos una visión muy corta de lo que es este planeta.
Si vivir es hermoso acá, eso tiene un precio. Porque este es un planeta vivo. No sólo por la estrella que lo ilumina y calienta su superficie, sino también por su sol interior. El que está abajo del volcán.
Acá todo nace y muere y los hombres no somos una excepción ni tenemos trato preferencial.
No somos los pasajeros VIP de la nave Tierra ni tenemos todo controlado. No somos la cima de la evolución, nos falta.
Alabadas sean la oscuridad
y la creación inconclusa
Palabras rituales de los handdaras. Ursula Le Guin, La mano izquierda de la oscuridad.
. . .
Veamos las tres líneas del trigrama superior; lo que vemos, lo explícito del volcán: La Montaña.
Serán tres notas.
Nota para 22.4
22.4 está alerta. Es algo como una premonición de desastre inminente que pasa el tiempo y no sucede. El encuentro con el caballo blanco alado.
Estamos viviendo cerca de un volcán impredecible que en un instante puede acabar con todo a nuestro alrededor. Sabemos el riesgo que corremos, pero esto es tan hermoso y fértil, tan abundante, tan exuberante, que preferimos vivir así. Entre las ideas asociadas a este hexagrama también está valiente, arrojado, auténtico, veraz.
Flujo piroclástico, el caballo blanco alado. De C.G. Newhall - http://volcanoes.usgs.gov/Imgs/Jpg/Mayon/32923351-020_caption.html, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=246427 |
Hexagrama 22, La Gracia |
Hexagrama 30, El Fuego |
El volcán viene a cambiar las formas del mundo y eso no es algo que nosotros podamos controlar. Simplemente sucede independiente de nuestra voluntad. No somos dioses y si queremos serlo lo único que podemos producir -y al unísono- es un tirano o un golem, una imitación de la forma. Lo mejor que hemos podido hacer hasta ahora es un clon y un híbrido de tomate y langosta. Una repetición que no es una creación o una manipulación que destruye la esencia del tomate cuando le agrega la langosta.
La forma más o menos se mantiene, el color también, todo lo visible no se afecta demasiado, pero lo invisible -su sabor y su alimento, su esencia- se pierde. Esta es la barba del emperador, la apariencia engañosa que te da gato por liebre, la montaña en el cielo.
La que confunde la benevolencia y virtud con la bondad y belleza de un corazón generoso que nunca se negó a sí mismo ser lo que es, ni a los demás ser lo que son.
. . .
En nuestra vida ese cambio impredecible, que simplemente sucede, puede ser algo como esto; también:
Los formales y el frío
Mientras comían juntos, y distantes y tensos,
ella muy lentamente y él como ensimismado,
hablaban con medida y doble parsimonia
de temas importantes y de algunos quebrantos.
Entonces como siempre, o como casi siempre,
el desvelo social condujo a la cultura.
Así que por la noche se fueron al teatro
sin tocarse un ojal, ni siquiera una uña.
Su sonrisa, la de ella,
era como una oferta, un anuncio, un esbozo.
Su mirada, la de él,
iba tomando nota de cómo eran sus ojos.
Y como a la salida soplaba un aire frío
y unos dedos muy blancos, indefensos y tristes
apenas asomaban por las sandalias de ella,
no hubo más remedio que entrar en un boliche.
Y ya que el camarero se demoraba tanto,
llegaron cautelosos hasta la confidencia.
Extra seca y sin hielo, por favor, y fumaron.
Y entre el humo, el amor era un rostro en la niebla.
En sus labios, los de él,
el silencio era espera, la noticia era el frío.
En su casa, la de ella,
halló café instantáneo y confianza y cobijo.
Una hora tan sólo de memoria y sondeos
hasta que sobrevino un silencio a dos voces.
Como cualquiera sabe, en tales circunstancias
es arduo decir algo que realmente no sobre.
Él probó: "sólo falta que me quede a dormir"
y ella también probó: "¿y por qué no te quedas?"
y él sin mirarla: "no, no me lo digas dos veces"
y ella en voz baja: "bueno, ¿y por qué no te quedas?"
Y sus labios, los de él,
se quedaron gustosos a besar sin usura.
Sus pies fríos, los de ella,
eran sólo el comienzo de la noche desnuda.
Fueron investigando, deshojando, nombrando,
proponiéndose metas, preguntando a los cuerpos.
Mientras la madrugada y los temas candentes
conciliaban el sueño que no durmieron ellos.
¿Quién hubiera previsto aquella tarde
que el amor, ese célebre informal,
se dedicara a ellos tan formales?
Mario Benedetti
Mario Benedetti |
Así lo dijo Joan Manuel Serrat hace bastantes años. Bastantes años porque nosotros no vivimos los años de un volcán; pero, para el caso, da igual:
https://youtu.be/pr3W7dJn9R4
Nota para 22.5: https://abatesoderini.blogspot.com.ar/2017/12/nota-para-225-comentario-para-el.html
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Gracias a ti, abrazo grande