¿Qué es lo que hace que algo esté vivo y despierto?
Uno se puede maravillar del diseño de un escarabajo, de su estructura, sus colores, pero lo más extraordinario es que camine y que vuele. Uno lo da por sentado, porque acá, en este planeta, las formas de la vida son tan abundantes y diversas que termina siendo banal. Pocos son los que aún no lo pueden creer, los que siguen tan extrañados como cuando tenían cinco años.
Ahora hablamos de exobiología, e hipotetizamos condiciones ambientales extrañas donde podría haber formas de vida también hipotéticas, patrones de las formas que, tal vez, podremos encontrar en el futuro en planetas lejanos.
El hexagrama 22 habla de las formas y de lo que las anima, de la forma y el contenido. También de las formas y lo que las crea. Las formas es el trigrama Montaña visible arriba, lo que las anima o crea es el trigrama Fuego, invisible abajo. La consciencia y sus creaciones, y esto llevado a todas las dimensiones que puedan llegar a pensar.
Hexagrama 22, Fuego atrás, abajo o adentro, Montaña adelante, arriba o afuera. La consciencia y sus creaciones. |
Se ha asociado al arte, por esto de que una obra de arte está viva mientras haya un observador que la reconozca y anime o porque un artista crea formas. Porque la posición de los trigramas componentes del signo se pueden leer como un ojo con conciencia que mira una forma acabada, Fuego mirando a Montaña. O como la consciencia del artista que crea la forma, Fuego dentro de Montaña.
Vermeer y la joven del sombrero rojo. |
Tal cual lo estás haciendo ahora. Al mirar esta forma acabada, una obra de arte está mirando a la otra. Cuando la miras cobra vida como si, por un momento, le prestaras vida. Tus memorias y tu sensibilidad viva de lo que estás viviendo en este momento -tu imaginación-, eso es lo que le prestas.
Igual que cuando miramos la forma de un hexagrama y le prestamos nuestras memorias y lo que estamos viviendo para poder interpretar su respuesta. Porque lo que estamos viviendo es aquello que hizo que preguntáramos al I Ching y eso está sucediendo ahora.
Una consulta sobre el futuro distante, es muy distinta; es como hacer exobiología.
Uno puede tener memorias del pasado terrestre para poder interpretarla e imaginar posibilidades lógicas, pero nunca tendrá la sensibilidad viva de lo que se está viviendo en el ahora. Solo queda el pasado para interpretar el futuro y ninguno de ellos está con vida en el ahora.
Como el hexagrama 23, nos muestra una forma sin vida o dormida, un despojo, un cuerpo muerto, un volcán inactivo, la estructura, la forma que oculta el contenido, el formato. Sabemos cómo será, pero no sabemos cómo se vivirá. Una obra de teatro que espera a ser animada por director, equipo técnico, actores y espectadores.
Como este planeta en un evento de extinción de las especies, un planeta sin consciencia. Una forma que está perdiendo su forma porque ya no se reconoce a sí misma, existen seres en él que no reconocen su propia forma, que viven dormidos.
La consulta a futuro es como si el hexagrama 22 mutara al 23:
Hexagrama 23, Tierra bajo Montaña. Una forma con las potencialidades de Tierra. |
Y se puede vivir el hexagrama 23 de buena manera o de mala y toda la gama intermedia. Porque cada actor/espectador, al momento de vivirlo, tiene sus propias herramientas de interpretación de lo que está viviendo y, también, su propia cualidad del tiempo en ese momento, para hacerlo. Según sea esto, lo que es bueno o adecuado para unos puede ser malo para otros y viceversa.
Entonces, uno puede consultar sobre el futuro, porque este libro no se puede negar a dar una respuesta. Aunque responda con el hexagrama 4, es una respuesta, dice que el tiempo te enseñará.
Que eso vivirás, un aprendizaje por ensayo y error. Y te aconseja no ser necio y aprender de tus errores. Que te prepares a rectificar tu rumbo para encontrar tu camino, siempre pegado a la tierra, con los pies en la tierra, aunque sea saltando, como lo hace el arroyo que surge de la montaña y viene bajando, de forma empírica y pragmática. Como cuando no sabías nada, como cuando tenías 14 años y el no saber no te impedía vivir lo que fuera.
Hexagrama 4, rectificando el rumbo, sorteando obstáculos. |
Interesante esta diferencia entre el 4 y el 22. La forma permanece a la vista, Montaña está arriba, se trata de la misma forma. Pero abajo está Agua en el 4 y Fuego en el 22. Y vuelvo a preguntar,
¿Qué es lo que hace que algo esté vivo y despierto?
Si el 23 es el despojo, la forma sin vida o dormida, el 22 es la animación de la forma por la consciencia y el 4 es la rectificación del rumbo a lo largo del tiempo, lo que hace que algo esté vivo y despierto es que tenga una forma, una consciencia que lo anime y que rectifique su rumbo cuando se mueva a lo largo de su tiempo de vida. Lo mismo que aprendí mirando vivir a Mariquita en el jardín de mi madre.
Y aún hay más, más allá. Algo que se puede imaginar lógicamente, el siguiente salto.
Si sumamos todas las mutaciones sobre las que hablo acá, el resultado es el hexagrama 26, La Fuerza Domesticadora de lo Grande, con lo que resulta que esta forma también vuela. Porque resulta mutado todo el trigrama inferior del hexagrama 23, Po.
Una montaña solitaria en la llanura. |
Una montaña en el cielo. |
Como se puede ver, en el 26 la Montaña está en el Cielo, volando. Mariquita levanta las tapas de su caparazón, saca unas alas escondidas tan veloces y transparentes que nadie ve, y vuela, esa forma que camina también vuela, ¡y sin alas!.
Y así, Mariquita logra su exclusividad entre todos los escarabajos, sorprendiendo a los niños y haciéndolos extrañar con sus insospechados y misteriosos recursos, que sólo son sus dones de madre Tierra.
Todos tenemos lo que necesitamos tener para ser lo que somos.
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Releer este artículo, que escribí de una sentada, como a todos, porque siempre escribo en un hilo continuo que luego pulo, y sé por dónde comienzo pero no lo que terminará siendo, me lleva a la siguiente afirmación.
Comprender lo que nos dice el I Ching está hecho de pequeñas cosas que se acumulan año tras año, parece oscuro, pero no lo es. Cada vez que me siento a escribir o a leer una respuesta, sé que al hacerlo aprenderé algo que no he hecho conciencia aún. Y eso es aplicando esta simple fórmula del 23 que se anima en el 22, camina rectificando su rumbo en el 4 y vuela en el 26.
Si ladra, mueve la cola y tiene cuatro patas, es un perro, ¿cierto?. Bueno, concluir que se trata de un perro es un salto lógico y, también, es un salto de nuestra imaginación. Se mueven a igual velocidad, la lógica y la generación de imágenes, como las dos alas de Mariquita.
El I Ching nos dice que el 1 engendra al 2, el dos engendra el 3 y el 3 engendra a todos los seres.
Pues bien, perro es un ser que se engendra en nuestra mente por lógica imaginativa -y también en nuestra habla-, por la simple adición de ladra (1), mueve la cola (2), tiene cuatro patas (3). Tres elementos bien escogidos son suficientes para engendrar a todos los seres en nuestra conciencia, que es lógica y genera imágenes igual que el I Ching. Porque el I Ching está pensado para nuestro uso.
No resolvemos los acertijos del I Ching solo con matemáticas y recursos lógicos, hace falta imaginación también. El I Ching no tiene secretos que descubriremos si le aplicamos fórmulas matemáticas, tiene acertijos.
A los hombres nos gusta resolver acertijos y a los que idearon el I Ching les gusta plantearlos, intentan enseñarnos a saltar y sortear obstáculos en el 4 y a volar en el 26. Como si estuviéramos entrenando en un gimnasio con nuestra mente lógica e imaginativa y nuestras memorias.
Tenemos todo lo necesario para ser lo que somos, igual que Mariquita. Solo que a nosotros nos cuesta más ser lo que somos. No es fácil ser humano, es un rol de mucha responsabilidad ser la especie racional e imaginativa en este planeta Tierra y hace unos doscientos años que cada vez lo hacemos peor.
La situación, en este tiempo de hexagrama 23 que estamos viviendo, es que Tierra abajo necesita que adolescentes humanos necios de cualquier edad despierten en el 22, se sometan voluntariamente a una disciplina de aprendizaje para perder su necedad en el 4, y maduren para estar en condiciones de asumir esa responsabilidad en el 26.
Nadie lo hará por nosotros, es nuestro trabajo.
Eso es lo que está sucediendo en el hexagrama 26, La Fuerza Domesticadora de lo Grande. Que se asume la responsabilidad de sostener algo que es más grande que uno. Y no estoy pensando en un imperio de hombres, estoy pensando en un lugar donde Mariquita también pueda seguir siendo.
Porque la imagen del 26, esa montaña en el cielo, también es nuestro planeta en el espacio
Somos recién llegados y en tan poco tiempo hemos hecho desastres en nuestra casa. Es hora de despertar y rectificar el rumbo. Someterse a una disciplina voluntaria y asumir nuestra responsabilidad. Si algo nos vino a enseñar esta pandemia es eso, porque esta vez nos toca a nosotros pagar los costos del desastre y el resto del planeta tiene un respiro.
Esta vez somos nosotros el "daño colateral" de la multiplicación explosiva y sin consciencia de otra especie de vida. Los virus tienen una excusa en su ausencia de consciencia, nunca la tuvieron. Nosotros la tuvimos y la hemos perdido y eso es el hexagrama 23, El Despojo. Un ciclo, una manera de hacer y una manera de pensar que se ha agotado, que llega a su fin por desahucio, por desalojo, por desgaste de la base natural que nos sustenta.
Hay otras generaciones de hombres y mujeres que vienen empujando y que, tal vez, harán lo que no supimos hacer por ausencia de consciencia de las consecuencias de nuestros actos, algo que caracteriza a la necedad y su ausencia de imaginación lógica. Esas generaciones lo tendrán que aprender por las buenas o por las malas, tendrán que madurar pronto y hacerse cargo.
Le deseo a Mariquita sobrevivir y llegar al hexagrama 24, El Retorno de la Luz.
Con la necedad incurable de hombres y mujeres de nuestra cultura occidental ya se me acaba la paciencia. Estoy en la quinta y, de tanto en tanto, en la sexta línea del hexagrama 4. Mucho tiempo estuve en la segunda y mi paciencia fue infinita, pero ya no estoy para eso, de eso se ocupan los jóvenes.
No soy la única que ya tiene poca paciencia con esto, nuestra madre y nuestro padre también.
Pronto escribiré un artículo para las líneas del 23, ya hay uno para la sexta y otro para la segunda y pienso que, ahora, con lo que he encontrado escribiendo esta entrada, estoy en condiciones de hacerlo.
Este blog es un diario de viaje por el trigrama Agua, mientras el corazón siga latiendo seguiré mirando y haciendo consciencia en el trigrama Fuego y, mientras pueda, lo que logre descifrar lo escribiré acá, en el blog del abate, en el 22.
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Algo que encaja a la perfección con lo que vengo diciendo acá. Lo encontré siguiendo una pista en Ítaca, el blog que alienta el amigo Higinio. Muy apropiado para seguir hablando de montañas y del hexagrama 23, es Úrsula K. Le Guin.
Comentarios
Pasaba a leer un poco ... Y me encontré con este escrito tuyo ... Hace un tiempo q intento descifrar el hexagrama 23 ... Tiempos d cambios estamos viviendo
Los escritos d Ursula Lgin son bellos ... La descubrí leyendo a Donna Haraway, seguir con el problema es la traducción al castellano de uno d sus libros, recomendable
Te abrazo, gracias x la compañía del otro lado del charco
Vera
Un abrazo