Para un 9 en el sexto puesto: Al ver sus vidas el noble no comete errores.
La Visión es un hexagrama yin, receptivo. Ser receptivo es estar abierto a conocer y a aprender de la experiencia del ahora y también del ayer, es decir, de las memorias de los incontables ahora de una vida.
El signo del H.20 es como una torre, las líneas yang superiores suben y al subir la visión se amplía. Las líneas yang siempre son activas, es una visión activa. Una visión activa es pensante, es reflexiva y, en la sexta línea, es sabia.
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Hexagrama 20, La Visión. Abajo Tierra, arriba Viento. El gran pájaro blanco que es Sun sobrevuela a las gentes del lugar para estudiar sus costumbres.
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Si es que estudia sus costumbres, no se interesa en lo que las gentes dicen, piensan que son o a cuáles creencias sociales o religiosas adhieren de palabra. Tampoco en su apariencia. Está observando lo que las gentes hacen en el ahora y lo guarda en su memoria.
Entonces, a su visión quedarán expuestas todas las incongruencias entre palabra y acto, no se le pasará ninguna. Y cuando tenga que actuar en ese lugar que ha observado, con esas gentes que ha observado con la visión del hexagrama 20, actuará en consecuencia. No tendrá en cuenta lo que dicen y sabrá lo que harán. No cómo lo harán, porque eso es a la medida de su creatividad y sus recursos que no conoce, pero sí sabrá lo que harán. Por eso en la línea 6 del hexagrama 20 el noble no comete errores.
Se puede considerar una visión de futuro? Sí, y todo gracias a observar sus costumbres en el ahora.
Las costumbres están arraigadas en la niñez, como dice la primera línea del H.20. Si no se ha vivido aplicando el hexagrama 20 a la propia vida, están como fueron impresas en la niñez. Con todas las mañas y bajezas o glorias y logros de su herencia cultural. En toda herencia cultural hay mañas y bajezas y hay glorias y logros, hay para elegir y cada uno elige. Esa elección es la que las hace distintas.
Se puede considerar una visión del pasado? Sí, y todo gracias a contemplar sus costumbres en el ahora.
De esta manera se pueden comprender esas palabras del Shuo Kua que dicen,
La cuenta de lo que sucede y se desvanece, se basa en el movimiento hacia adelante.
El saber lo venidero se basa en el movimiento retrógrado.
De ahí que el Libro de las Mutaciones tenga números retrógrados.
La Visión cuenta con mucha información previa para estudiar los actos de las gentes, la obtuvo acercándose a todo tipo de gente en el hexagrama 19, El Acercamiento, que es el hexagrama yang que lo precede. Se acercó a ayudar, a dar una mano mientras recorría un tramo de su propia vida. Todos los que nos acompañamos somos ayudantes, los íntimos y los lejanos, los de siempre y los circunstanciales.
De igual manera, somos los acompañantes de nosotros mismos cuando ingresamos a ayudar en nuestra interioridad, a visitarnos para ayudarnos en lo que llamamos introspección. Para saber cuáles fueron nuestras elecciones, si elegimos las mañas y las bajezas o las glorias y logros de nuestro pasado cultural.
La primera línea de La Visión también habla de esto, de cuando nos avergonzamos de haber elegido una costumbre mañosa y baja y decidimos hacer justicia en el hexagrama 21, yang, el que sigue a La Visión.
La incongruencia entre palabra y acto es una señal conspicua, muy evidente para el que sabe ver con su visión externa en el 20 en la sexta línea. Es un llamado de atención, tal vez nos hará volver al 19, a acercarnos para saber más o para rectificar, para ver si es posible cambiar esa costumbre en el hexagrama 21 con el método de conocerla bien en el 19. Cuán arraigada está y cuán inadvertida pasa para el sujeto que acompañamos en el 19. También nos acompañamos a nosotros mismos y es de por vida. El compañero de toda la vida es uno mismo.
El Acercamiento y La Visión son un par que tanto da como recibe y funcionan en consecuencia uno del otro y el otro del uno. Cada acompañante, cada acercamiento, es un maestro. El otro ve con su visión de sexta línea del 20 lo que no vemos en nosotros mismos, las costumbres arraigadas de la primera línea del 20 que se evidencian en la incongruencia entre lo que digo y lo que hago.
Porque lo que digo es un 90% de ideología y lo que hago es un 90% de costumbre. Costumbre e ideología son irreales ambas. El Ser real de cada uno de nosotros es otra cosa, algo que hay que descubrir en el par que sigue, el 21 y el 22. El 21 que hace justicia y encuentra La Gracia.
Pero La Gracia es impotente para actuar en el mundo humano, necesita de un vehículo, de un cuerpo. Cuanto más refinado esté ese cuerpo y más despiertos estén sus sentidos, más visible será el Ser en sus acciones. El cuerpo es el asiento del Ser, sus adornos externos no le hacen justicia. Las cosas no son lo que parecen, las palabras no son las cosas. La Visión del 20 es nuestra herramienta para desnudar a las cosas y a las palabras.
Los hexagramas se suceden de a pares unos a otros en una secuencia con Sentido. Las idas en acto y las venidas en memoria a lo largo del Sentido nos despiertan. Cuando nos despiertan ingresamos a un mundo nuevo donde las cosas y las palabras son irrelevantes. Aunque cosas y palabras no guarden sentido, este mundo irreal es nuestro mundo y hay que seguir viviendo. Mejor si hacemos nuestra parte, la que aprendimos a hacer.
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