Quiero imaginar a todos los que han usado, aportado y meditado el I Ching durante miles de años, como un solo grupo. Un grupo de dragones sin cabeza.
Nadie los conoce, no tienen cabeza. Cuando hablamos del rey Wen y de su hijo y sus probables atribuciones a la escritura de los dictámenes de los signos y las líneas, eso se pierde en un pasado milenario. Y los que los precedieron por trasmisión oral, es decir, sus maestros, también.
La Secuencia de los hexagramas no es algo que se resuelva en una vida y con una sola cabeza. Hay que poner muchas cabezas a trabajar, y por largo tiempo. Todas esas cabezas son desconocidas.
En los comentarios de las 10 Alas se apela al maestro, pero cuando "el Maestro dice..." nunca se nombra al Maestro. El Maestro es Maestro y punto. No tiene nombre, es un dragón sin cabeza. Como Lao Tse es El Viejo, nuestro Viejo Maestro sin cabeza.
Los dragones sin cabeza tienen un lugar en el I Ching, aparecen cuando en la consulta se presentan puros nueves. 9.9.9.9.9.9. Esto es los seis trazos de LO Creativo mutando a su opuesto polar, su par, LO Receptivo.
Entonces, si LO Creativo es el Mandato del Cielo, los dragones sin cabeza de la pre-historicidad de este libro lo han materializado en la Secuencia de los seis espacios vacíos-llenos, la Secuencia de los signos que conocemos como I Ching. La secuencia ordenada según el mandato del Cielo para los Hombres.
Los dragones sin cabeza estudian esta secuencia y sus signos y aportan a su validación y comprensión. Pero no es cuestión de preservar y nada más, de memorizar los textos y copiar los textos. También hay que limpiar cada tanto. Limpiar es cuestión de recuperar restaurando la pureza original y resignificando también con nuevas comprensiones.
De los textos originarios que están en sus ideogramas, no hay algo que se pueda ni deba cambiar. De los comentarios de las 10 Alas tampoco. De la tradición del símbolo y de la Imagen, nada. Todo eso ha sido validado por innumerables dragones sin cabeza.
El problema aparece cuando se usan los textos y se los comenta para que apoyen a una visión del mundo restringido a una visión política o ideológica y a eso se lo instituye enmascarándolo como si fuera el Mandato del Cielo. Algo que sucede y ha sucedido con todos los libros venerados del mundo.
Entonces, los textos dicen así para mi imaginario conjunto de Maestros en la enseñanza del I Ching, los dragones sin cabeza:
Para los seis nueves:
Aparece un grupo de dragones sin cabeza. Ventura!
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| Lo Creativo 9.9.9.9.9.9 |
Para los seis seis en el signo de Lo Receptivo:
Es favorable una constante determinación.
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| Lo Receptivo 6.6.6.6.6.6 |
Esto último se hace visible, por ejemplo, en la cuarta línea del signo del hexagrama 12, la del ministro del hexagrama El Estancamiento o La Decadencia.
Esa línea mutando lleva este texto o algo similar, dependiendo de la lectura que se haga de sus ideogramas:
Quien sigue el mandato permanece sin defecto. Sus compañeros compartirán su prosperidad.
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| La Decadencia |
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| La Visión |
Aún en las peores condiciones sociales que se puedan dar, en las decadencias de los imperios y de las culturas, donde aparece la corrupción en cada puerta que se abre y se usa el poder para abusar de los débiles, aún aquí, donde estamos viviendo hace milenios, Quien sigue el mandato permanece sin defecto y tendrá compañeros para compartir la visión de la gloria del reino en la cuarta línea del hexagrama 20, La Visión.
Así, si uno se encuentra con este libro, por la circunstancia fortuita y venturosa que sea, lo abre y lo ve, está viendo la obra de la bandada de dragones sin cabeza, los Maestros desconocidos. Y lo puede hacer suyo, siempre y cuando aplique a su estudio y práctica una constante determinación. Es decir, que lo reconozca como su maestro y lo siga con constante determinación, como lo hace la yegua del signo Lo Receptivo cuando muta en sus seis trazos.
Al respecto del Maestro desconocido, encontré un capítulo del libro El Evangelio del Budha, una obra de religiones comparadas de Paul Carus. https://e-torredebabel.com/el-evangelio-del-buddha-capitulo-61-el-maestro-desconocido/
Me llamó mucho la atención lo siguiente: "Yo acostumbro, cuando entro en una, antes de sentarme, a tomar un color parecido al de mi auditorio y una voz semejante a su voz." Y el final, " Así después de haberlos instruido, vivificado y regocijado por tal discurso religioso, desapareceré. Y no me conocerán aun después de haber desaparecido."
Con lo que todos los Maestros que están en los libros venerados en las distintas culturas del mundo son El Maestro, porque uno reconoce la verdad cuando la oye sea en el libro que sea.
La descripción que se hace en este texto de la doctrina que se asemeja al mar, está en el signo y los textos del hexagrama 59, La disolución del egoísmo separador, el río que llega al mar y se confunde en él en el signo del hexagrama 60, La Restricción, La justa medida, La Regla. También está en el 61, La Verdad interior, Viento sobre Lago, el viento que riza la mar.
No permitamos que nuestra deficiente comprensión de lo que está en juego nos confunda y nos enemiste. Porque tengo la seguridad de que este libro de Carus y otros como este han generado y generan innumerables disputas entre los seguidores de los Maestros que están en los Libros.
Por eso es mejor que en un Libro todos los maestros sean desconocidos, que sean dragones sin cabeza. Bandada de dragones sin cabeza que también pueden ser asimilados a los 64 signos en su secuencia y a su estudio y práctica.
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