Hexagramas 1 y 2, Lo Creativo y Lo Receptivo en nuestra vida de todos los días.

Son los dos primeros hexagramas del I Ching y, por la combinación de sus doce líneas -las seis enteras de Lo Creativo y las seis partidas de Lo Receptivo- se crean los demás 62 hexagramas.

Esta entrada es para intentar mostrar cómo funcionan ambos en nuestras vidas. Esta entrada busca bajar estos dos hexagramas tan abstractos a lo que nos sucede viviendo.

Comienza con una historia, una anécdota, que cuenta algo que le puede suceder a cualquiera. Es importante detenerse en esta historia, meditarla un poco. Qué está pasando al interior de sus personajes:

“(La carretera cruza el paisaje de horizonte a horizonte. En el centro del infinito un hombre mira cómo se acerca un automóvil. El conductor, deslumbrado por el sol de poniente, se pregunta por la estampa que se acerca sin moverse. Cuando por fin coinciden, la figura hace un leve gesto hacia el oeste. El viajero se conmueve, pero continúa su camino y susurra dos o tres veces «yo nunca me detengo para recoger desconocidos». La figura, ahora nítida en el espejo retrovisor, se encoge rápidamente hasta esfumarse entre las piedras del desierto. Y entonces el conductor gira en redondo y se lanza a toda velocidad en sentido contrario. La silueta resurge entonces de la nada y se dilata con su larga sombra. Ya se distingue la capucha puntiaguda bajo la que alguien intenta mirar a contraluz. De repente, la figura cruza la carretera con cuatro pasos muy decididos y, justo cuando el automóvil llega a su altura, lo vuelve a hacer. Vuelve a hacer el mismo gesto breve ¡pero ahora hacia el este! El viajero detiene el coche, tarda una centésima de segundo en comprender y tiene que reprimirse para no abrazarla.)”
Ideas para la imaginación impura- 53 reflexiones en su propia sustancia-. Jorge Wagensberg.

Esto es lo que he pensado al respecto de esta historia y los hexagramas 1 y 2:

Lo Creativo y Lo Receptivo son socios que siempre trabajan juntos. Cuando están solos, sin el auxilio del otro, nada nuevo sucede.

Cuando Lo Creativo está solo -como cuando nos sale el hexagrama 1 sin mutaciones- se queda en el mundo de las ideas, ideas fijas y repetitivas. Al ser incapaz de materializar algo nuevo en su mundo porque no tiene con qué, no puede avanzar, salir de esa repetición. Porque no hay cabida para Lo Receptivo en un hexagrama 1 sin mutación, se repite y se repite a sí mismo, nunca cambia. Siempre es más, pero de lo mismo.

Cuando Lo Receptivo está solo, como cuando nos sale el hexagrama 2 sin mutación, sin la guía de lo Creativo, su inmovilidad es total. Quieto, oscuro, grande, lleno de recursos, pasivo. Solo es algo que está ahí. Sin plan, sin deseo, sin idea previa, sin juicio. Pura energía potencial.

Lo Creativo y Lo Receptivo existen el uno para el otro y juntos, pero no mezclados, siguen creando este mundo a cada instante.

El camino chisporroteante de Lo Creativo se encuentra con Lo Receptivo y entra a investigar qué puede activar, Lo Receptivo puede recibir a Lo Creativo por su ausencia, por su vacío. Porque ese vacío de deseo y de propósito es el que produce la llegada de Lo Creativo. Esa apertura es lo que atrae a Lo Creativo. 

A Lo Creativo “le atrae” ese no saber a dónde va, ese no desear, esa amoralidad y ausencia de prejuicios que se pliega con docilidad a sus deseos de Lo Receptivo. Digo que “le atrae” porque, donde hay receptividad, siempre hay creatividad.

A Lo Receptivo “le gusta” que lo despierten de su pasividad. Digo que "le gusta" porque nunca se niega a ser despertado y puesto a trabajar por Lo Creativo.

Como siempre andan juntos, es difícil de distinguir quién es el que conduce a quién, aunque se distingue bien a uno del otro. Es lo que me sucedió al leer esto que pegué arriba de Jorge Wagensberg, en un libro que habla de las imprevisibles fuentes de inspiración del científico.

Porque vi a Lo Creativo en el automovilista, el que sabe dónde va. Y vi a Lo Receptivo en el potencial pasajero, al que le da igual adonde va, si al este o al oeste.

Pero luego vi que el pasajero (Lo Receptivo) tuerce la dirección del automovilista (Lo Creativo) por su inmovilidad en medio de la nada y porque hace un gesto, toma la iniciativa de hacer un gesto, de mostrar su intensión al automovilista. Entonces el pasajero, que era Receptivo, con ese gesto se transforma en Creativo.

Y lo que era Creativo en el conductor que sabe dónde va con su idea previa, fija y repetitiva de que “nunca se detiene para recoger desconocidos”, se transforma en Receptivo al poco tiempo de ver ese gesto.

Y luego, nuevamente, el pasajero acepta la indicación de lo Creativo, de ese auto que llega desde la dirección opuesta, y vuelve a hacer su gesto para mostrar su intensión al automovilista, ¡pero ahora hacia el este!

El pasajero no sabe que ese auto que llega desde la otra dirección es el mismo que hace unos minutos pasó en la dirección opuesta, el sol se está poniendo y es imposible que lo sepa, no lo puede ver, pero ambos están conectados por hilos invisibles. Son dos personajes que bailan en mutua aceptación y mutua indicación. Ambos son partícipes de Lo Creativo y Lo Receptivo.


Desde el punto de vista del automovilista, el pasajero con su gesto en medio de la ruta desértica, es como el hexagrama 44, El Ir al Encuentro. Eso que llega y que puede cambiar tu vida si lo aceptas con las debidas precauciones.

Cambia tu vida porque está cambiando tu mente, porque trae algo nuevo a tu vida, un encuentro con fuerzas impersonales interiores que te obligan a girar. Te obligan a cambiar tus hábitos: algo que siempre hiciste de una manera y ahora lo haces de otra, es un cambio de paradigma en tu vida. No es algo menor, es algo excepcional, algo que te cambia por dentro.

Que te abre a una dimensión de ti mismo que desconocías, ahora decides detenerte a recoger a un desconocido. Algo que habías dicho que nunca harías porque lo sabes todo, tienes respuestas para todo y un plan trazado, un horario que cumplir y ese desierto creativo que estás atravesando desaparecerá si te atienes a tu plan. Esa es tu idea dominante, descansas en esa idea y no escuchas a nadie, porque el futuro te dará la razón.

Y ahora te vuelves sobre tus pasos y te detienes para recoger lo desconocido por conocer y te señala la dirección opuesta a la que estabas viajando.

Hexagrama 1

Hexagrama 44

Parece que eso le gusta a este dragón que viaja en coche cruzando el desierto de este a oeste y luego de oeste a este, porque tiene que reprimirse para no abrazarlo. Parece que eso es lo que en realidad necesita y su idea fija no le permitía hacer. Ser receptivo a las indicaciones de Lo Creativo "yo voy donde tu vas, acepto tu guía".

Desde el punto de vista del pasajero y su gesto, cualquier auto que llegue desde cualquiera de los dos sentidos, es El Retorno de la Luz, el hexagrama 24. Porque no está en situación de elegir cómo salir de ese desierto y está por caer la noche, cualquier sentido le viene bien. Cualquier sentido es creativo; está abierto, vacío y dispuesto, receptivo. No es resignación ni es derrota, porque Lo Receptivo no tiene ningún plan trazado de antemano, es sentido común.

Sentido común que significa que su sentido es el mismo sentido de lo Creativo que se acerca. Sea cual sea ese sentido, Lo Creativo retorna a su vida y él se embarca con él.

hexagrama 2

Hexagrama 24

Si es que uno está alerta a la dirección de lo creativo desde su nacimiento a su muerte –como esta silueta humana está alerta a la vera de la ruta-, algo tiene que llegar y siempre llega. Algo en qué embarcarse que le devuelva a su humanidad compartida. Porque, si se pone a elegir su sentido, si para el oeste o para el este, si para el futuro o para el pasado, si para lo desconocido que no es tan desconocido como creemos o lo conocido que no es tan conocido como creemos, nunca sale de ese desierto que es el hexagrama 2 sin cambios.

Al igual que el automovilista, de no ser por el gesto leve de la figura solitaria, tampoco sale de repetirse a sí mismo que es el hexagrama 1 sin cambios.


Entonces me pregunto, ¿quién guía a quién? Porque acá aparece una paradoja muy frecuente en nuestra vida, que la vía racional termina por desembocar en el desierto creativo que repite y repite el mismo clon y la vía irracional es la que nos saca de él. Y digo que esto es aparente, porque llamamos paradoja a cuando nuestra vida se da vuelta como un guante en un segundo y nos hace quedar como tontos, pero parece como si eso fuera lo natural.

Algo natural es algo que forma parte de la naturaleza de este mundo y paradoja es nuestra mente racional que se niega a tomarlo en cuenta.

Porque nuestra mente imaginal no tiene ninguna dificultad en aceptar la paradoja, es el origen de las carcajadas, del arte por el arte y el trabajo que se hace sin mirar si la recompensa es grande o pequeña, por puro gusto; la magia y la alquimia se nutren de ella, igual hace la poesía.

Pero todo comienza con una gran carcajada a nuestra propia costa. Eso es lo que despeja el camino a lo creativo, porque nos hace receptivos al abrir la mano y bajar los brazos, la carcajada relaja y así se disfruta el estar vivo.

El absurdo y la paradoja nos ponen receptivos, nos desarman, nos hacen desistir del intento fútil de poner todo bajo el control de nuestra mente. Nuestra mente es un instrumento que podemos activar cuando la necesitamos y mirarla hacer sin inmiscuirnos en ella. También le podemos decir que acabe con sus intromisiones en aquello que no le compete, como nuestras emociones, nuestro cuerpo y nuestro espíritu. El cuerpo tiene sus razones, las emociones y el espíritu también las tienen. Cada parte nuestra tiene sus propias razones y necesitan llegar a convivir en paz bajo un gobierno democrático que es el nuestro.



El acontecimiento imprevisto, lo que viene a nuestro encuentro y cae en nuestras manos como llovido del cielo cambiando nuestra vida para siempre, el hexagrama 44 y su regente de quinta línea, es una vivencia que todos hemos tenido alguna vez. Y también lo es aceptar la guía del sentido creativo que nos conduce al retorno de la luz del hexagrama 24 y su regente de la primera línea, cuando un ciclo se ha acabado y estamos varados, solos en medio del desierto y sin nada que hacer.

Si somos activos por naturaleza siempre hay algo que nos devuelve a la actividad si aceptamos la guía sin mente; es decir, sin prejuicios, sin planes, sin estrategia, vacíos y sin deseos personales. Porque todo eso es mental: el deseo, el plan, la estrategia, el prejuicio, el estar lleno, el saber todo lo que hay que saber y el repetirse indefinidamente a sí mismo es lo propio del hexagrama 1 sin cambios.

Imitar al hexagrama dos y permitir que mute espontáneamente al 24, el Retorno de lo Creativo, nos saca del páramo inerte donde nada sucede.

Imitar al hexagrama 1 en su perplejidad y desconcierto cuando llega a su encuentro Lo Receptivo en el hexagrama 44, nos saca de la monótona repetición del pasado.

Porque la disconformidad, el divino descontento con el statu quo, con la quietud de la muerte en vida, con el no-cambio y la repetición indefinida del mismo clon, también está en nuestra naturaleza humana. Porque está en la Naturaleza, está en nuestra naturaleza.

Este libro de Jorge Wagensberg habla de las imprevisibles fuentes de inspiración del científico; entonces también lo hace de nuestros planes, estrategias y preocupaciones por la seguridad, previsibilidad y estabilidad de nuestros experimentos para hacer frente a la vida que suelen ser cambiados por completo, alterados o desviados por imprevisibles fuentes de inspiración que se cruzan en nuestro camino. Siempre Lo Receptivo, sea por dejarse hacer (hexagrama 24) o por venir al encuentro con sus gestos (hexagrama 44), es el detonante de nuestra inspiración cuando estamos empantanados en la repetición compulsiva o en el nada que hacer del hexagrama 1 y el hexagrama 2.

Por eso es que cultivar Lo Receptivo en nuestra propia naturaleza -paradójicamente- , nos hace muy creativos.
Si comenzamos por recibir lo que llega ahora sin prejuicios ni ideas previas y lo estudiamos para conocerlo, algo de utilidad para todos se nos ocurrirá hacer con ello. Algo nuevo y nunca visto antes, algo creativo.

Entonces es algo como esto, esto le dice Lo Receptivo a Lo Creativo en nuestra propia naturaleza:

“Lo que tengo para ti es algo que ni yo sé que tengo, porque lo sabré cuando te reciba y digas lo que quieres de mí.” 

(Porque Lo Receptivo también es ciego para sí mismo, no sabe lo que tiene guardado en esa oscuridad, tanta cosa guardada quien sabe desde cuándo)

Y lo Creativo le responde a Lo Receptivo:

“Deja que entre en ti y vea lo que tienes; ahora no sé lo que quiero de ti, lo sabré cuando te recorra y reconozca. Seguro hay muchas cosas que despertarán ideas en mí y que harás bien como siempre lo haces” 

(Porque Lo Creativo es un explorador de Lo Receptivo y lleva una linterna con luz potente) 

Ambos, juntos pero no revueltos, hacen un investigador concienzudo de mente abierta siempre alerta a los imprevistos que se cruzan en el camino. Porque por algo es que se cruzan, se cruzan porque están vinculados por hilos invisibles. Eso no está ahí por "casualidad" o por "azar", está ahí porque hay un lazo invisible y a eso hay que investigarlo.

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Esta es una reseña que me ha gustado de este libro de Jorge Wagensberg: 

http://www.ventadirecta.biz/2006/09/23/descubri-a-jorge-wagensberg/

Enlace a la traducción inglesa de este artículo//Link to the english translation of this post: 
https://abatesoderiniinenglish.blogspot.com.ar/2018/03/hexagrams-1-2-creative-and-receptive-in_2.html


Acá transcribo un diálogo en el grupo I Ching de facebook, puede ser útil.

28 de agosto, 2016:

David:  _ ¡Hola! Si preguntásemos "qué siente A por B", si saliese el hexagrama 2 mutando al 1, ¿sería lo mismo que el 1 mutando al 2? ¿Se leería más o menos como el diálogo que se expone al final de tu artículo, Marta? Entiendo que si 1 y 2 van ligados, como los pasos de baile que comentaba Artemiza, respecto a la indiferencia en el orden estoy en lo correcto. Según el Compendu, si no me he despistado, el significado es el mismo, pero creo que no sé leerlo en base a sentimientos

Marta:  _ Hola David, yendo y viniendo, viniendo y yendo, ¿qué es primero, la gallina o el huevo? esa pregunta es tonta, ambos son primeros y son segundos. Lo único que a mi juicio me inclinaría a decir por ahora según cómo lo vengo viendo, es que donde hay receptividad siempre llega la creatividad a ocupar el espacio vacío. Sea por donde sea, por cualquiera de las lineas del 2 y sus combinaciones. En cambio lo Creativo es cerrado, tan lleno y firme que el único lugar por donde lo Receptivo puede entrar es la primera línea, empujando de abajo, Sun que entra por abajo: Ir al Encuentro.

Con respecto a los sentimientos supongo que lo Creativo estará lleno de palabras y lo receptivo de acciones. Supongo que sería como dos idiomas distintos para los sentimientos, uno habla de lo que siente y el otro hace lo que siente. Digamos que lo Creativo tendrá un concepto del amor, por ejemplo, el amor como sentimiento estará conceptualizado mentalmente y la persona estará muy consciente de lo que siente y planeará acciones. Y lo Receptivo más bien actúa su amor en consecuencia :"voy a donde tu vayas"

"Voy a donde tu vayas y eso me hace tomar consciencia de que te amo, lo digo e imagino un futuro juntos", es la mutación de lo Receptivo a lo Creativo, porque en ese actuar en consecuencia encuentra a lo Creativo en su camino. 

En cambio "estoy consciente de mi amor por ti, no me resisto, eso hace que vaya por donde tu vas como un perrito que sigue a su amo" es el Creativo mutando al Receptivo. 

Si la cosa es mutua uno y otro van mutando uno en el otro y pasando por los demás hexagramas. 

Es un viaje juntos.

David: _ ¡Gracias Marta! Supongo que hablando de sentimientos no tiene por qué tratarse de amor, ¿cierto? O siendo amor, puede ser fraternal y no romántico (me seguirían encajando tus comentarios). A mi parecer uno puede ser receptivo a otro sin que eso implique estar enamorado. Aunque las mutaciones de 1 a 2 ó 2 a 1 son tan excepcionales, que quizá no quepan esos matices que propongo.

Marta: _  Sentimientos, si, cualquiera que sea el sentimiento y el vínculo si es un sentimiento que te une a otro y no uno que te separa.. De amistad, fraternos, de pareja, entre hijos y padres, maestros y alumnos, todos nuestros vínculos. Son las dos maneras, las polares, la gran polaridad, la del taijitu.

Con respecto a las formas y el acto de amar hay un libro que es un clásico, El Arte de Amar, de Erich Fromm.
Pego acá un Extracto de El Arte de Amar.