Vengo arrastrando un cierto fastidio con los juicios de valor asignados en los dictámenes del I Ching. Tal vez eso se transparenta en lo que escribo, me refiero al fastidio.
El texto escrito es humano y está teñido de subjetividad. Cultura, posición social, creencias, tiempo histórico, lugar en el mundo. Todo eso está presente en los juicios de valor.
Aunque es muy difícil prescindir del juicio de valor, porque uno también es humano, lo he intentado en este blog. Siempre me digo que me tengo que estacionar en la Luna para mirar desde ahí a la Tierra y el hervidero humano que la habita. Ser un observador comprometido y responsable.
Todo lo que escribo es un intento de llegar a la verdad, pasos que comparto con ustedes. La verdad desnuda está en la figura del hexagrama, en sus seis líneas, en el edificio construido de abajo hacia arriba.
La información de las seis líneas tiene un alto grado de abstracción. Está reducida al mínimo posible que aún contenga "todo lo que es" sin hacerlo indescifrable y al máximo que nos permite nuestra capacidad de abarcar la diversidad.
Se han hecho intentos de abarcar más diversidad agregando un tercer y un cuarto trigrama a la construcción de las figuras, pero su cantidad se hace ingobernable porque la multiplicación del número de figuras es exponencial. Esos intentos se abandonaron hace mucho tiempo. Es para volverse loco.
Nos quedamos con el seis, que es ese número que contiene al dos y al tres; dos veces tres o tres veces dos. Un número redondo y estable, un todo en sí mismo. Seis líneas por combinación en pares de los ocho trigramas. Sesenta y cuatro hexagramas.
Hemos asignado significados a los trigramas. parece ser que eso fue lo primero, el significado de los trigramas. Luego los combinamos en los hexagramas y asignamos significados a los hexagramas.
Nombramos a los hexagramas intentando que sus nombres trasciendan las fronteras de tiempo y espacio. Algunos nombres lo han logrado, otros no. Algo a tener siempre en cuenta, que el nombre es una atribución humana fijada en tiempo y espacio y que el tiempo pasa y el espacio se transforma.
Cuánto más puede llegar a suceder con los juicios de valor en los dictámenes. Pienso que lo más perdurable de los textos es La Imagen. La Imagen es pura observación meditada y la observación de los hexagramas y trigramas sigue siendo la misma ayer, hoy y mañana.
Un lago al pie de la montaña, un trueno en las nubes, un fuego bajo el cielo estrellado, una mano que oculta información. Son imágenes evocadoras de situaciones arquetípicas que hemos vivido los hombres que habitamos cualquier rincón de la Tierra.
Otra cuestión que trasciende el tiempo y el espacio es la índole yin o yang de la sucesión de las seis líneas y sus posiciones relativas.
Es evidente que una línea yang en el cuarto puesto, que hace y sigue su camino, posicionada sobre una línea yin que permanece y acumula materia en el tercer puesto, hará inestable la unión de ambos trigramas.
Que la posición inversa los mantendrá unidos y entonces estos hexagramas serán más coherentes que los primeros. Que habrá un vínculo estrecho entre pensamiento y acto, por ejemplo, si es que de eso trata la consulta.
Que una línea yang encerrada entre dos líneas yin se verá forzada a moverse en dirección horizontal y que esa figura de tres líneas está mostrando un curso de agua encerrado entre orillas. El trigrama Agua.
Estas y muchas otras observaciones ya han sido hechas en el lejano pasado del I Ching. Son elementales y se pueden reproducir. Están al alcance de cualquiera que se ponga a mirar las figuras.
Pero no hacemos eso, leemos los dictámenes que se escribieron hace 2 mil años en ideogramas que ya no se usan y nos tiramos de los pelos.
Y uno se pregunta si es que hemos perdido nuestra capacidad de ver y comprender lo que vemos en primera persona. Si lo escrito nos obnubila otras maneras de aprender y saber. Modos de saber en los cuales éramos tan hábiles en el pasado y la escritura nos ha escamoteado.
Cada tecnología que incorporamos nos hace más fuertes y más débiles. Da y quita. Por muestra, el GPS nos está convirtiendo en seres que deambulan sin saber dónde están ni por dónde van, como en las películas y series de zombis tan abundantes hoy. Y por eso será que son tan abundantes, porque nos están reflejando.
Ése es el motivo de mi fastidio, porque esa pérdida de la capacidad de ver nos quita autonomía, nos encadena a un texto. Y algo que siento, que el fastidio es un combustible que puede llevarnos muy lejos.
Consulté ahora, qué es este fastidio? El Genio me responde con el hexagrama 13 mutando al 35.
Saquen sus conclusiones, a mí me cierra por completo.
PS: esta entrada continúa a la anterior: https://abatesoderini.blogspot.com/2020/12/sobre-cuando-en-la-respuesta-cambian.html
Comentarios
celebro leerte de nuevo y leerte sin mutaciones, por usar el lenguaje del I Ching.
En estos tiempos que vivimos a los juicios de valor se les otorga la categoría de realidad objetiva, aunque acaben conviviendo casi como mundos paralelos... Por eso celebro tenerte de referente, como al Maestro. Esa reivindicación de usar la propia capacidad de ver es muestra de honestidad, de la sinceridad interior que se requiere para hacer las consultas. Por eso se hace tan difícil descifrar los hexagramas, según mi parecer. El requisito previo es una mirada limpia, y en su defecto, un buen maestro para aclararla.
Gracias por conservar esa Luz para todos. Un fuerte abrazo.
Silvia
proliferación semántica ha terminado en muchos dogmas también. Muchos se han aprovechado esa riqueza. Por eso es tan valioso recuperar la lectura directa de las lineas y su dinamismo. Siempre que consulto, leo tus reflexiones, para mí no es fácil transcribir mis intuiciones reflexivas, y vos, llevás a las palabras aquello que muestra la imagen a la perfección. Explicitás tu posición, por lo que tus comentarios no pueden tener reproche, se puede estar de acuerdo o desacuerdo. Hay una rigurosa observación y en ese sentido, se puede encontrar objetividad en tu escritura. Y siempre encuentro un sendero diferente por el que transitar y comprender. Todas estas flores son para agradecerte, por agradecer a la existencia haber encontrado en tu escritura, ese sendero de aprendizaje, siempre lúcido, ácido, con ese enorme respeto por la naturaleza, y la naturaleza de las cosas también.
Es que siento que hemos perdido muchas habilidades y el intento de recuperarlas es arduo, un camino accidentado. Hay mucho más en nosotros que está inmaduro, que no usamos. Y lo que no se usa, se atrofia. Me apena que nuestra cultura ni siquiera las reconozca como tales y me enoja también.
En fin, uno hace lo que puede lo mejor que puede. Algunas entradas al blog me satisfacen, otras me parecen excelentes, otras flojas o innecesarias. Pero todas tienen ese esfuerzo por recuperar las habilidades de los antiguos, por ir a las raíces, por reconstruir el proceso de pensamiento y práctica que dio origen a los textos.
Siempre he pensado que la escritura del rey Wen ha de haber sido rechazada por los maestros de su época. Justamente por lo que quita, la habilidad de ver, oír y discutir con la intención de saber. Me gustaría haber participado de una de esas sesiones de consultas con un palo en la arena y tres o cuatro más con los que intercambiar impresiones.
Gracias por el comentario, es un estímulo saber que hay lectores que comprenden lo que intento hacer. Podemos leer mil libros, tener mil versiones, ser unos eruditos, pero si no sabemos ver estamos listos. Nos comen los lobos.
Un abrazo
De lo contrario, retomo a Marta y parafraseo a Hobbes: lupus homini lupus.
Daniel