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Para la cuarta línea del hexagrama 4, El Joven Necio.

 Cada vez que se ingresa a oscuras a estudiar un hexagrama aparecen nuevos significados. Se revelan aspectos no tenidos en cuenta con anterioridad y también aparecen nuevos interrogantes. Digo ingresar a oscuras porque se está mirando con nuevos ojos y con esos ojos todo es desconocido, un nuevo enfoque cambia la visión.

Ver la mutación de La Visión, el 20, convertirse en el 4, El Joven Necio, por el cambio de las dos líneas centrales de los trigramas componentes, me hizo pensar en que este hexagrama nos habla de cómo tratar con las visiones,  las ideas súbitas, los recuerdos que afloran, las intuiciones, los sueños, las sincronías y demás que son Agua abajo en este signo. Cómo tratar desde nuestra mente racional que es Montaña arriba en este signo.  

Hexagrama 4, El Joven Necio.
Agua abajo, adentro, atrás. Montaña arriba, afuera, adelante.

Como también para mí es una nueva manera de mirar el signo, entré a mirar una línea que siempre me produjo inquietud intelectual por cómo la tratan los comentaristas. Otra más de tantas. Hacer justicia a las líneas de los hexagramas también es una función de la razón que vela por la justicia y siempre sentí que no le hacían justicia, pero no encontraba argumentos lógicos para refutarlas. Lo único es que muta al H.64 y entonces no puede ser así como dicen.

Nuestro ministro del hexagrama 4, es tan necio pero tan necio que es vergonzante?. No me parece a la luz de este enfoque. Cuando muta va al hexagrama 64, Aún no cruzar, el último. Ese que tiene a Agua en el trigrama inferior y a Fuego en el superior 

Hexagrama 64, Aún-no-cruzar.
Agua abajo-adentro-atrás. Fuego arriba-afuera-adelante.
Como si, al subir, al adelantar o al salir, fuéramos de la oscuridad de Agua a la luz de Fuego,
 de lo inconsciente a lo consciente.

El escenario del 64 sucede cuando las cosas no están resueltas pero están encauzadas -Agua abajo- para ser resueltas -Fuego arriba-.  Que nos muestra, en sus líneas tres y cuatro, la dimensión de la tarea que nos queda por hacer y como hacerlas. Las líneas tres y cuatro de los hexagramas son las líneas del Hombre.

Tal vez sea que lo que le pasa al ministro acá es que está concentrado en resolver un caso muy peliagudo y le está costado mucho tiempo. Años. No aparece por la corte porque está en una excursión punitiva a la tierra de los bárbaros, esa de las imágenes arquetípicas que aparecen en las visiones y que también llaman "demonios". Lo vemos en los dictámenes:

El que más se ajusta a este enfoque es el del I Ching Eranos y dice así para un 6 en el cuarto puesto del hexagrama 4: 

Confinar el Embozar. Confusión.

Algo embozado tiene cubierta su cara o está disfrazado de otra cosa. En el caso de este enfoque, se trata de imágenes analógicas que aparecen y uno intenta confinarlas, interpretarlas usando la razón. Porque Confín es otro nombre del hexagrama Montaña, un nombre que nos permite entender cómo trabaja confinada la mente racional,  es decir, cómo se concentra y aísla escuchando su voz interior. 

Al sujeto de la cuarta línea lo que tiene entre manos le genera confusión. Esa confusión lleva al arrepentimiento, a avances y retrocesos, a intentos fallidos y logros mientras él corrige así la dirección de su mente y de su vida. Porque al corregir la dirección de su mente puede encontrarles sentido, las puede ordenar en sucesión lógica. 

Está hablando del procedimiento que usamos para leer a la luz de la razón las analogías que se presentan como hexagramas, ideas súbitas, sincronías, intuiciones, sueños, deja-vú, todo tipo de percepciones, como cuando identificamos en el acto al que está mintiendo o al que está siendo transparente como agua de manantial. Esas cosas que uno sabe sin saber y son la especialidad del hexagrama 4, El Joven Necio.

Las sincronías son las que nos llevan a corregir la dirección de nuestras vidas, en realidad, son oportunidades para hacerlo. Porque, al igual que todo lo demás, uno puede rechazarlas como casualidades sin sentido. Sin sentido porque no tienen un ordenamiento causa-efecto, una secuencia, porque son disruptivas y a esas cosas la razón mal entrenada las rechaza sin mirarlas dos veces. O las atribuye a demonios en todo tipo de supersticiones fantasiosas.

Visiones y sincronías funcionan en un universo paralelo que nos es ajeno a nuestra consciencia diurna y nos es familiar a la consciencia de los sueños. Todos sabemos que soñamos y tenemos presente de alguna manera en la consciencia figuras ideales a las que aspiramos o rechazamos. Pero acá en la cuarta línea el sujeto está intentando salir de la confusión para traer todo eso a la conciencia diurna y darles un uso. 

La línea-espejo en el hexagrama 64, No cruzar, es consecuente con este accionar y dice así en el I Ching Eranos:

La determinación es venturosa. El arrepentimiento se desvanece. Conmoción para conquistar la Tierra del Demonio. En tres años recibirás un gran país como premio. 

Porque la cuarta línea está intentando usar la razón para comprender las imágenes analógicas que le están llegando de adentro, no lo que ve con el ojo, lo que escucha desde adentro de sí mismo. Y ese es un trabajo agotador para la razón, que tiene que estar traduciendo imágenes arquetípicas del caos acuático al orden mental del raciocinio y escribirlas de tal manera que sean comprensibles. 

Que la conmoción de la mente racional es evidente nos sucede a todos, porque la mente receptiva recuerda, idea y proyecta esas visiones de forma súbita, en el ahora. La conmoción nos alerta y por eso la línea 4 de este hexagrama muta a yang.

Porque el sujeto del hexagrama 4 está usando las manos en el mundo de la acción, Montaña arriba, y en el mundo del pensamiento está dejando que fluya el agua de su manantial, su inspiración. Las líneas dos y cinco están conectadas y la cuatro es el filtro.

Como dije, la cuarta línea es el ministro, el filtro. Un ministro es el conducto por el cual lo que está adentro en el pensamiento es trasmitido al rey de la quinta línea. Y el rey de la quinta línea en el hexagrama cuatro es el alumno ideal, el modelo a imitar por cómo lo hace, por la actitud receptiva que sostiene a la luz de la razón que es la línea superior del trigrama Montaña y del maestro de la segunda línea de Agua abajo. 

Este ministro, que recibe de la tercera línea lo que repiten todos porque eso dijo el maestro de la sexta línea, no repite, innova. Piensa afuera de la caja, cambia de enfoque, se arrepiente y vuelve atrás, cambia de dirección y lo termina ordenando después de mucha lucha.

"Al respecto del asunto que le interesa, aparecieron estas imágenes arquetípicas y las ordené para usted, majestad." Eso puede decir el ministro al volver a la corte del hexagrama 4. Acalorado y desgreñado porque estuvo días o años comiendo cualquier cosa o nada, con el sueño alterado por dormir en la tienda de campaña y asaltado por todo tipo de demonios en el campo de batalla. 

Ese filtro, el ministro, tiene que ser impecable en su trabajo. Tiene que revisar cada idea, cada intuición, cada voz interior. Porque llegan en tropel y desordenadas y es necesario hacerlas coherentes y respetar la sucesión de un orden lógico que haga justicia a la palabra. 

Ordenar las cosas es la función de la razón y que se mantengan en orden también. Orden es justicia. No el orden de los cementerios, sí el de que cada cosa del mundo tiene su propio lugar bajo el sol que no le puede ser negado. De igual manera, las palabras deben guardar el orden. Un orden lógico, racional, comprensible. Que las haga transmisoras eficientes y sean útiles para ordenar el mundo humano.

Siempre que Montaña está arriba en un hexagrama, esa línea del ministro, la cuarta, es la encargada de ponerse firme con que las cosas se ordenen según una lógica racional antes de llegar al quinto puesto. Más aún lo será en el H.4, que está lidiando con contenidos inconscientes que afloran a la consciencia como el Agua de manantial surge de la Montaña, a borbotones.

Entonces, esta entrada del blog es para reivindicar el trabajo de la cuarta línea del hexagrama 4, El Joven Necio y rendirle el tributo que se merece. Conquistar la Tierra de los Demonios ayuda a los hombres a comprender ese conocimiento silencioso interior que se traduce en supersticiones y persecución de brujas de todo tipo según sea la mente fantasiosa que los produzca. Fantasía no es imaginación. Imaginación es algo que todos tenemos en menor o mayor medida y no aprendemos a usar a la luz de la razón.

Y ahora me asalta la imagen de Sócrates haciendo filosofar en la plaza del mercado al esclavo de su amigo, todos con túnica y sandalias y al sol de la mañana, tal y como la imaginé cuando leí el dialogo. Porque Sócrates era experto en tejer argumentos racionales con imágenes arquetípicas que lo asaltaban, un alumno ejemplar del quinto puesto del hexagrama 4 que tenía un ministro muy eficiente, y, en ese momento, argumentando con su amigo, le quiso probar que TODOS podemos filosofar.

Estos artículos que vengo publicando en tropel -y otros pertinentes que esperan a medio hacer en borrador-, me cuestan sangre, sudor y lágrimas de impotencia, no me parece vergonzoso porque no soy Sócrates y ahora me siento identificada con el ministro del hexagrama 4. 

Los refuerzos llegan por sincronía y uno va aprendiendo a aceptar las sincronías que le traen pistas para seguir. Sé que todo termina por ser ordenado si nuestra mente racional yang va en auxilio de nuestra mente analógica yin. Si la conduce a atravesar los mares y llegar a buen puerto como un piloto bien entrenado sabe hacer.

El artículo que me llevó a escribir éste, es este otro: 

https://abatesoderini.blogspot.com/2025/01/para-un-seis-en-el-segundo-puesto-de-la.html

El presente sigue la línea argumentativa de aquel. Tengo más en borradores pero publico éste que está terminado porque me quema en las manos. Trabajar con Fuego en la cuarta del 64 es agotador y hace que uno quiera volver a la calma de la corte del hexagrama 4, hacer entrega del trabajo terminado al príncipe y relajarse lo antes posible.


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